Opinión
Laura Borràs
La diputada Laura Borràs ha denunciado que vivimos en un Estado en que la represión es normal. En breve, la sala segunda del Tribunal Supremo, abrirá causa penal contra Laura Borràs por la adjudicación de contratos irregulares con un valor de 260.000 euros mientras ejercía de presidenta de la Institución de las Letras Catalanas, y bajo la acusación de prevaricación, malversación de fondos, fraude administrativo y falsedad documental. La señora Borràs; escogida por Torra y Puigdemont para tomar las riendas de la antigua convergencia, bajo el nombre «JxCAT»; favoreció con contratos y ayudas económicas a un amigo suyo, el informático Isaías Herrero, entre 2013 y 2018. Las pruebas contra Borràs son contundentes, con decenas de correos electrónicos entre Herrero y ella, y la testifical hecha en sede judicial por una funcionaria, que ha reconocido que Borràs concedió contratos de menos de 18.000 euros para no tener que ir a concurso a las empresas de Herrero. Borràs vino a la política catalana, de la mano de Puigdemont y de Torra, como líder de la vía unilateral y de un nutrido grupo de presuntos intelectuales. Demostró rápidamente el supremacismo, cuando calificó a la cultura española de «retrasada» y definía a España como un país donde solo existen «caciquismos, pucherazos, capellanías y feudos que rebrotan a las antiguas usanzas». Sus opiniones coinciden con Torra, sobre su querencia hacia lo que ellos llaman las «bestias españolas», en un arrebato de sinceridad tildó al periodista Josep Pedrerol de «no es catalán, es un español nacido en Cataluña», y concuerda en sus apreciaciones racistas con Oriol Junqueras, al hablar de genes, tildando a sus vecinos del otro lado del Ebro, de llevar un ADN violento, causa de la «arrogancia inconmensurable de los españoles». Borràs, que viaja a la malvada capital del estado opresor en la tarifa preferente del AVE, considera que «los catalanes queremos dejar de estar en situación de opresión, discriminación y maltrato continuado» y cree firmemente que «España ha hecho un expolio fiscal, expolio cultural y expolio social a Cataluña». Borràs se exhibe de forma impúdica con su amigo, el diputado Francesc de Dalmases, mientras conduce un flamante Jaguar a toda velocidad por las calles en llamas de la Barcelona del tsunami que controlan y dirigen. Laura Borràs forma parte de los líderes intelectuales del «procés» que han diseñado la vía unilateral, junto a sus conocidos Agustí Colomines, su mujer Aurora Madaula, la economista formada al amparo de Xavier Sala-Martín, Elsa Artadi y el que fuera director de la radio del Grupo Godó y líder de audiencia, Josep Pujol. Agustí Colomines, personaje que procede del comunismo y hoy es un claro ejemplo del supremacismo ultra, fue cesado de su responsabilidad al frente de la Escuela de Administración Pública de Cataluña en virtud del artículo 155. Anteriormente fue el director de la fundación «CatDem», salpicada por los escándalos de corrupción y blanqueamiento de fondos cuando Mas era el presidente del partido. Laura Borràs y sus amigos, mientras se envuelven en la estelada, disfrutan de lo presuntamente robado.
«Espanya ens roba».
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