Opinión

«Eppur» Europa es la solución

Ortega, en 1914, dijo y escribió aquello de que «España es el problema, Europa la solución». La sentencia, algo enrevesada y polémica del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea que afirma que Oriol Junqueras era eurodiputado desde que fue elegido, puede despertar atavismos rancios que pretendan volver del revés la máxima orteguiana. Han pasado más de cien años y España, desde luego, no es el problema y Europa, desde hace más de un tercio de siglo ha sido la solución y parte, esencial, del éxito español.
Los «indepes», de Junqueras y de Puigdemont, están exultantes, pero también interpretan de forma torticera la decisión de los jueces europeos que, en ningún caso, pone en solfa ni el juicio del «procés» ni la sentencia. El Tribunal europeo, no obstante, ha cambiado su jurisprudencia, algo que ha sorprendido a sus colegas del Supremo español. Tampoco se puede olvidar que fue Manuel Marchena quien reclamó la opinión de la instancia europea, otra prueba de la independencia –y de las garantías que ofrece– de la Justicia europea.
Los «indepes» celebran su teórica victoria y los eurófobos radicales –de extrema izquierda y de extrema derecha– quieren aprovechar la oportunidad para arremeter contra el proyecto europeo. Todos eluden que el Tribunal Europeo, a pesar de todo, dictamina que el Tribunal Supremo español sea quien decida en último término cómo se aplica su fallo que, en ningún caso, afecta a la condena de Junqueras, aunque sí complica un futuro juicio a Puigdemont, porque ahora el Parlamento europeo debería conceder un suplicatorio. La Justicia española será, como lo ha sido hasta ahora, escrupulosa con las sentencias europeas, pero conviene no olvidar que otros países, como Francia, no siempre aplican los dictámenes del Tribunal Superior europeo.
Los jueces europeos, en un momento de debilidad en la construcción europea, han hecho un flaco favor al proyecto comunitario al ofrecer una baza, pequeña pero espectacular y manipulable, a los «indepes» catalanes. También complica la investidura de Sánchez, pero llegará aunque se retrase. Además, los eurófobos españoles están de enhorabuena e invocan una intromisión en la soberanía. Sin embargo, la prosperidad, la mayor de su historia, y la estabilidad de España en el último medio siglo no se explican sin la pertenencia a Unión Europea y al  Euro. Por eso, y a pesar de algunos jueces europeos, como hubiera dicho Galileo, «eppur» –y sin embargo– Europa es la solución.