Animales

Ya quisieran esos que maltratan a mujeres o niños ser animales. Si fueran perros, por ejemplo, sin dueños como ellos, habría paz en cualquier casa. Pero está ya más que demostrado que estos individuos intimidan con matar a las mascotas de la familia.

Estudios del Observatorio de Violencia hacia los animales muestran una conexión entre la violencia machista y el maltrato animal. Al fin y al cabo, es la forma que algunos presuponen de manifestar su poder.

Señalan que alrededor de un 80% de las mujeres y del 70% de los menores maltratados, cuentan que los han amenazado con matar, o han matado, a sus mascotas. Terrorífico. Pero no es de extrañar. Alguien que es capaz de coger a su gatito y estamparlo contra la pared o tirar por la ventana a su perro es que carece de la más mínima empatía. Es decir, es un psicópata. O un sociópata en el caso de padecer esa enfermedad de macho alfa, propiciada por una cultura ancestral y confundida, que convierte a algunos varones en un arma de destrucción.

Dicen las asociaciones de víctimas de maltrato que un número importante de mujeres no se atreven a denunciar por miedo a que sus mascotas sean violentadas. Es por eso que se están haciendo convenios entre instituciones para que los animalitos de verdad, los buenos, puedan salir de sus hogares con las víctimas y seguir conviviendo con ellas.

De hecho, cuando veo a los niños jugar con mi perra distingo enseguida a los que la intentan agradar, que son la gran mayoría, de los que quieren divertirse a su costa, observando en ello un punto de crueldad, incluso. Entonces es cuando imagino a sus progenitores y siento cierta rabia y temor.

Pienso en lo fácil que resulta el hecho de robar la inocencia a una criatura.

Desconfío profundamente de todos aquellos que maltratan o desprecian a los animales.

Ya saben porqué.