Opinión

Comer aparte para comer más

José Bono, en los momentos más álgidos del «procés» en el otoño de 2017, en medio del desideratum sedicioso de Junqueras y compañía, decía que «quien quiere separarse y quien quiere comer aparte es porque quiere comer más». Ayer, la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, acordó con el lendakari vasco Íñigo Urkullu y el consejero de Gobernanza y Autogobierno, Josu Erkoreka, el traspaso a la Comunidad Autónoma del País Vasco del régimen económico de la Seguridad Social. Es una aspiración histórica del PNV que, sin embargo, deberá esperar hasta mediados/finales de 2021 para alcanzar uno de sus últimos objetivos, reconocido –es cierto– por el Estatuto de Autonomía de Guernika de 1979, que quedaría así completado. La cesión, sin embargo, genera incertidumbres y alarmas sobre lo que podría ser la ruptura de la llamada caja única de la Seguridad Social. Esos temores, sin embargo, quizá son exageradas y lo explican los números, lo que no impide que cuando se culmine ese traspaso es probable que no todos los españoles sean iguales para la Seguridad Social.

El presupuesto de gasto que maneja actualmente el Gobierno vasco ronda los 11.000 millones de euros anuales. La Seguridad Social, en los once primeros meses de 2019, gastó en el País Vasco 8.094 millones de euros que, al cierre del ejercicio, habrán sido algo más de 9.000 millones. Es decir, solo con el traspaso de la gestión de la Seguridad Social el Gobierno de Urkullu duplicará en la práctica los fondos que maneja, aunque una parte de ellos –las pensiones– tengan destinos predeterminados. El botín, en cualquier caso, es más que suculento, porque su sola administración ofrece réditos importantes, también de clientelismo, porque enseguida se puede establecer el equívoco de que la pensiones las paga el Gobierno vasco en lugar de la Seguridad Social.

El Gobierno de Urkullu no tiene ninguna intención de romper la caja única «de ingresos» porque el régimen de la Seguridad Social es muy deficitario en el País Vasco. Solo en pensiones los gastos superan en 2.500 millones a los ingresos, unos números rojos que van en aumento. La pensión media vasca, de 1.218,8 euros/mes por catorce pagas, es la más alta de España, mientras que la cotización media es bastante inferior a los 1.000 euros. Es obvio que el Gobierno vasco no romperá la caja única de ingresos, aunque sí desea administrar la de los gastos –que es lo popular– y lo que da pie a recordar a José Bono cuando afirmaba que «quien quiere comer aparte es porque quiere comer más».