Opinión
Con poca luz y algún taquígrafo
El Gobierno de Sánchez, de alguna manera por la puerta de atrás y desde la legalidad, pero también con luz escasa y los taquígrafos justos, dio ayer el primer paso para asegurarse su continuidad durante la práctica totalidad de la legislatura. Por sorpresa y con el apoyo, por acción o por omisión, de sus socios de investidura y algunos diputados más, logró apoyar el techo de gasto para 2020 y, lo que es más importante –y no estaba en el guión–, para 2021, que ha quedado fijado en 131.400 millones de euros, una cifra que, de forma aislada, tampoco significa mucho. El Gobierno, que cogió por sorpresa a toda la oposición, con la luz verde al techo de gasto para 2021 despeja también los Presupuestos de ese año. Una vez aprobados, con sus propias cuentas en la mano y no las de Cristóbal Montoro, todavía vigentes, puede prorrogarlas incluso hasta el final de la legislatura. Es como que Pedro Sánchez hubiera protocolarizado ante notario la prórroga de su contrato de alquiler de la Moncloa hasta 2023.
Sánchez, además, contó ayer con el apoyo de la canaria Ana Oramas y el grupo de Revilla, que en su día votaron contra su investidura. Todo se explica porque la aprobación del techo de gasto supone un balón de oxígeno para las cuentas autonómicas. Los indepes fieles a Puigdemont se opusieron, frente a la abstención de los de Junqueras. Es solo otro episodio de la «guerra civil» entre soberanistas que seguirá «in crescendo» hasta los comicios catalanes. Luego, como admite Elsa Artadi, incluso pueden pactar entre ellos. Hasta entonces, con luz escasa y taquígrafos elegidos, habrá reuniones sin fin de la mesa de diálogo Gobierno–Generalitat de las nadie espera nada excepto que salgan en el telediario, que es lo que importa a unos y otros. Junqueras, también por la puerta de atrás, saldrá enseguida de la cárcel con permisos. Al mismo tiempo, descartada la amnistía y ante las dificultades de cambiar el Código Penal para reducir las penas por sedición, el equipo de Sánchez empieza a valorar los pros y contras de un indulto a Junqueras y compañía, ahora, al principio de una legislatura larga, con tiempo para olvidar casi todo. Ahora, sin ir más lejos, los árboles del coronavirus –que es lo más importante– ocultan parte del bosque político. La historia atribuye a Antonio Maura la expresión de que para gobernar solo necesitaba «luz y taquígrafos». Un siglo después, algunos apenas necesitan un rayo de luz y los taquígrafos justos para, por ejemplo, aprobar el techo de gasto para 2021 por la puerta de atrás y asegurarse una legislatura larga en la que todo es posible.
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