Opinión

El tuerto y Fernando Iglesias Maquiavelo

Mark Twain defendía que «la historia no se repite, pero rima», una frase que le gustaba citar a Íñigo Errejón cuando empezaba a alejarse de Pablo Iglesias. La crisis del coronavirus, que durará, amenaza a la economía mundial y también a la española, evoca errores pasados. La memoria de las crisis financieras apenas dura una generación, decía John Kenneth Galbraith. La memoria de los fiascos políticos –que derivaron en desastres económicos– tal vez sea todavía más endeble. Ayer, la OCDE (Organización la Cooperación y del Desarrollo Económico), quizá el organismo internacional más solvente en sus previsiones, anunció que el PIB mundial podría reducirse medio punto –¡es mucho!– como consecuencia de la epidemia del coronavirus. Italia se estancará y la economía alemana apenas crecerá un 0,3%. También ayer, los expertos de Goldman Sachs redujeron del 1,8% ya revisado por el Gobierno de Sánchez al 1,3% las expectativas del crecimiento del PIB español para 2020, mientras que otros analistas ya barajan tan solo un 1%. Las ministras Calviño y Montero, hasta ahora, han presumido de que la economía española es la que más crece de las grandes de la zona euro. Tienen razón y podrán volver a decirlo. Sin embargo, todo recuerda –rima– a lo mismo que argumentaron Zapatero y Solbes cuando no tomaron medidas al inicio de la Gran Recesión y, después, fue tarde. Oriol Mitja, investigador del centro Germa Trías de Barcelona, apunta un incremento notable de casos de coronavirus en España en marzo y abril, «depende de cómo lo hagamos». El Gobierno quiere sacar adelante unos Presupuestos con previsiones desbordadas por la realidad, pero refugiarse en que España crece más es como celebrar que se es tuerto, sin tener en cuenta que los que están peor, como ya pasó en 2007/8, tomaron medidas enseguida.

Pablo Iglesias, casi al mismo tiempo y en la estela de Pedro Sánchez –quizá por eso sean socios, aunque temporales–, se desdice y en la próxima Asamblea Ciudadana Estatal de su partido, conocida como Vistalegre III –que sin embargo se celebrará en Leganés–, defenderá abolir la limitación de mandatos en Podemos y de los salarios máximos que pueden percibir sus dirigentes y, además, cobrar a los integrantes de los famosos Círculos que quieran tener «voz y voto». Y es que hay algo de rima histórica en los planes de Iglesias. Maquiavelo, que tomó a Fernando el Católico como modelo –y que el vicepresidente leyó con aplicación, algo que quizá hizo Sánchez con más levedad–, ya recomendaba que «un gobernante prudente no puede, y no debe, cumplir su palabra cuando lo pone en desventaja». Sí, la historia rima y la economía española puede ser la tuerta de Europa, pero no es ninguna solución, ni tan siquiera en tiempos de Fernando Iglesias (Sánchez) Maquiavelo.