Opinión
La primera derrota del Gobierno
Los árboles, inmensos, sombríos, amenazantes del Covid-19, ocultan el bosque, pero está ahí y ocurren otras cosas que también complican la existencia al Gobierno. Pedro Sánchez, como estaba previsto –críticas incluidas–, logró que el Congreso aprobara la prolongación del Estado de Alerta, hasta ahora la única medida eficaz contra la pandemia. Diplomáticos con experiencia en China aseguran que todavía no ha salido de aquel país el material –el bueno– encargada por el Ejecutivo español.
El miércoles, la presidenta del Congreso, Meritxel Batet, decidió que la Cámara discutiera y aprobara la convalidación o tramitación como proyecto de ley de los decretos urgentes para hacer frente al Covid-19 antes que la prórroga de la cuarentena. Había que hacerlo, por razones de plazos legales, antes de medianoche y, con buen criterio, no quiso arriesgarse. Eso retrasó el debate y la votación estrella del día a la madrugada del jueves, tras una sesión en la que quedó difuminada la primera derrota parlamentaria del Gobierno en esta legislatura y que tendrá consecuencias.
El Congreso debía aprobar el real decreto de «medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del Covid-19», y que incluye –de forma muy burda– una disposición final segunda que permite a Pablo Iglesias formar parte de la Comisión de seguimiento del CNI, una vieja aspiración del líder morado. El visto bueno parlamentario parecía un trámite, pero se complicó. El Gobierno, por 164 votos frente a 179, perdió la votación y el Congreso decidió tramitar ese Real Decreto como proyecto de Ley. Significa que ahora se pueden presentar enmiendas y que, si logran reunir la misma mayoría, pueden salir adelante. Todavía más significativo es que todo prosperó con los votos de PP, C’s, Vox y también los de ERC, JxCAT y Bildu además de diputados aislados de Unidas Podemos, Compromís y algún otro de esas circunscripciones que justifican su existencia. El desmarque de ERC es lo más llamativo, sobre todo porque sienta un precedente. El Congreso puede ahora torpedear la presencia de Iglesias en el CNI, pero también, vía enmienda, retrasar la presentación del IRPF o aprobar alguna otra medida económica descartada por la Moncloa. Solo tiene que repetirse la misma votación y, en ciertos asuntos. Quizá no sea sencillo, pero ha quedado claro que sí es posible. La coalición Sánchez–Iglesias ha perdido su primera votación porque sus socios «indepes» les han dejado solos. Todo un aviso, incluso en tiempos de pandemia.
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