Opinión

¿Miedo?

Una Plaza de San Pedro totalmente vacía batida por una lluvia incesante ha sido el escenario del extraordinario momento de oración del Papa Francisco para pedir la intervención divina frente a la pandemia que, día tras día, siega miles de vidas y siembra el pánico en los cinco continentes. Hasta la fachada de la Basílica habían sido traídos el histórico icono mariano de la «Salus Populi Romani» y el Cristo de San Marcelo al Corso una imagen que en el siglo XVI fue sacada en procesión por los barrios de Roma durante dieciséis días hasta que desapareció la peste asesina.

La homilía del Santo Padre se basó en la pregunta de Jesús a sus discípulos cuando su barca estaba a punto de naufragar : «¿Por qué tenéis miedo?». Sintetizando los efectos que la epidemia está causando en el mundo de hoy el Papa los resumió en estas frases : «Nos encontramos asustados y perdidos…nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa». Bergoglio analizó en profundidad lo que esta crisis ha puesto al descubierto: «La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades…codiciosos de ganancias nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa». Pero el Señor que no dejó que se hundiese la barca de su discípulos nos propone esta prueba como un momento de elección. Y el ejemplo nos lo dan, según Francisco «esas personas comunes, corrientemente olvidadas…que cada día demuestran paciencia e infunden esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad». Los que él ha llamado otras veces «los santos de la puerta de al lado». Y como colofón de esperanza contra el miedo recordó esta frase del apóstol Pedro: «descargamos en ti todo nuestro agobio porque Tú nos cuidas».