Opinión

El virus desde la ventana de Overton

Jordi Sevilla, ex ministro de Administraciones Territoriales (2004-2007) en la época de Zapatero, ex presidente dimisionario de Red Eléctrica tras un enfrentamiento con la ministra Teresa Ribera, muy activo en las redes sociales, escribió hace años que «la política se ha convertido en un medio para lograr el poder y mantenerse en él». La tragedia del Covid-19 no ha jubilado la política, ni mucho menos. Además ofrece opciones impensables en otras circunstancias. Es lo que defiende una interpretación más o menos conspirativa de la llamada «ventana de Overton». Formulada por Joseph P. Overton (1960-2003), ex vicepresidente del Mackionac Center, uno de los más prestigiosos institutos de investigación política de Estados Unidos, defiende que en cada momento hay unas políticas que son consideradas aceptables, solo si les conviene a los políticos apoyarlas, por encima incluso de sus preferencias personales. No consta que Pedro Sánchez sea un experto en la teoría de Overton, aunque Iván Redondo, forofo de los procesos electorales americanos, seguro que lo ha estudiado. Los asesores de Trump, por ejemplo, se apoyaron en las tesis de Overton sobre cómo aprovechar el radicalismo.

Sánchez, en su última sabatina de sobremesa, habló de «Estados de alarma sucesivos». Durarán lo que considere que son aceptables, aunque ya circula un informe –no esta clara su paternidad pero está en la Moncloa– que apunta que el aislamiento terminaría hacia el 10 de mayo, de forma gradual, y para las personas en edad laboral. Hay voces contra una cuarentena muy larga. Esgrimen, entre otras cosas, que la pandemia ha dado al inquilino de la Moncloa mas poder del que ha tenido nadie en España desde Franco. Hay alarmas encendidas. Srecko Horvast, pensador de moda, discípulo díscolo del plúmbeo Slavoy Zizek –el que dice que el nuevo comunismo es la única salida a esta crisis–, ve incierto el futuro: «Dudo de si tendremos las mismas libertades después de la crisis». Es el temor de las sociedades occidentales. La normalidad, explica ese informe que han leído políticos y empresarios, no volverá hasta 2021, cuando haya una vacuna efectiva contra el Covid-19. Tampoco los turistas internacionales, uno de los pilares de la economía española. Hasta entonces, la ventana de Overton, en la versión conspiratoria –¿o no, como diria Rajoy?– del canal de televisión Russia Today en español, sería una oportunidad para hacer cosas impensables en condiciones normales y que es lo que le hace pensar a Pablo Iglesias que todo es posible, porque Sánchez ve al líder de Podemos más peligroso fuera del Gobierno que sentado en el Consejo de Ministros, desde donde no le hará escraches, aunque intente dinamitar el régimen del 78. Durará hasta que Sánchez lo considere aceptable, porque se trata de mantenerse en el poder, siempre que Iglesias no se lo arrebate, que es su objetivo.