Gobierno

“La arrogancia de una vicepresidenta”

Teresa Ribera es un ejemplo característico de las elites funcionariales pijo progres surgidas de las clases medias y altas. Es la insensibilidad de quien lleva toda la vida cobrando un sueldo público

Ha costado mucho que algunos entendieran el terrible desastre económico al que se caminaba con paso firme como consecuencia de la crisis sanitaria del covid-19. Es verdad que no afecta solo a España, sino al conjunto de la economía mundial, pero las consecuencias son mucho más graves porque tenemos debilidades que no tienen otros países de nuestro entorno y la duración del confinamiento ha sido muy larga.

La paralización de una economía, algo que no había sucedido nunca, tiene un resultado demoledor y la crisis se ha convertido en una debacle cuyos datos finales no son capaces de mostrar las proyecciones en su auténtica intensidad. Lo bueno de la econometría es que tiene una capacidad de equivocarse infinita, a pesar de utilizar fórmulas matemáticas, lenguaje sofisticado y buenas presentaciones. Con ironía me permito incluirla en el terreno de la pseudociencia y la adivinación.

El desplome de un 5,2 por ciento del PIB en el primer trimestre como consecuencia de la caída de la demanda afectada por la paralización de la inversión y el retroceso del consumo familiar así como por el desplome del comercio exterior permite augurar que estaremos alrededor del 15.

No hay más que extrapolar las consecuencias en el segundo trimestre de la continuidad del parón en el consumo y las exportaciones. Es muy grave la afectación sobre el turismo, algo que no pasó en la anterior crisis, que puede significar fácilmente entre un 5 y 8 por ciento del PIB. A esto se añade la incompetencia de algunos ministros que a su impericia añaden su insensibilidad con la sufrida realidad de empresarios y autónomos.

Es lo que sucedió con la frase de la vicepresidenta Ribera a los hosteleros «quien no se sienta cómodo, que no abra». No hay nada como tener la seguridad de no solo cobrar a final de mes sino de tener años por delante para seguir haciéndolo del erario público. Es un nivel realmente increíble que muestra que el ascensor social funciona para mal en España, porque no se necesita ningún mérito especial para formar parte del Gobierno.

Teresa Ribera es un ejemplo característico de las elites funcionariales pijo progres surgidas de las clases medias y altas. Es la insensibilidad de quien lleva toda la vida cobrando un sueldo público, ya sea como TAC o alto cargo. Esperaba mucho más de ella, pero supongo que no le importa mi opinión.