Opinión
Desastre anunciado (parte 1)
El desastre, anunciado, ya está aquí, certificado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El Producto Interior Bruto (PIB) cayó en el primer trimestre un 5,2%, que en términos anuales, podría ser el segundo mayor batacazo económico en casi dos siglos, solo superado por el de 1936, el año en el que comenzó la Guerra Civil, cuando el PIB se desplomó un 25,65% en solo un ejercicio. Leandro Prados de la Escosura, catedrático de Historia Económica, ha dedicado años a estudiar el Producto Interior Bruto (PIB) de España y su evolución desde hace siglos. El profesor, por ejemplo, ha calculado el crecimiento económico español, año por año, desde 1850. Todavía más, también elaboró una estimación –no es posible otra cosa– de la renta en España desde finales del siglo XIII. Los datos recopilados por Prados de la Escosura permiten calibrar la magnitud de la hecatombe económica actual. Desde 1850, al margen de la de 1936, los mayores descensos del PIB se registraron en 1868, cuando cayó un 11%, como consecuencia de una crisis financiera derivada de las inversiones en ferrocarriles. Casi ochenta años más tarde, en 1945, en plena postguerra, el PIB descendió un 7,9 por culpa de una larga y prolongada sequía, «pertinaz», según la propaganda de la dictadura franquista. En los peores momentos de la Gran Recesión de 2008, el PIB no cayó más allá del 2,6%. Un hundimiento del 5.2%, que en términos anuales puede rondar el 10% –incluso superarlo– significa que en España nadie vivo menor de 85 años ha visto nada semejante, aunque las crisis con tanta distancia temporal tampoco son comparables.
El desastre certificado ayer por el INE es solo la primera parte de la tragedia. Todos los expertos coinciden en que el segundo trimestre –con la mayor parte de la actividad paralizada– será peor y nadie, ni tan siquiera el Gobierno –aunque no lo diga–, confía en la soñada recuperación en «V», es decir, tan fulgurante como el desplome. La crisis, es inevitable, se prolongará, con unas consecuencias sociales también dramáticas, en forma de millones de parados. España, además, como apunta José Ignacio Conde Ruiz, subdirector de FEDEA, afronta está situación, sin haber «resuelto su crisis fiscal», el equilibrio entre ingresos y gastos públicos. Los distintos Gobiernos, desde 2008, no se han tomado el serio el tema del déficit y eso ahora, y sobre todo dentro de unos meses, será una rémora enorme. Ahora mismo, el Banco Central Europeo da oxígeno económico a España, pero apenas estamos en la «Parte 1» del desastre, pero se anuncian más.
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