Opinión

A hacer puñetas

Imposible imaginar un ministro de industria alemán que ataque los coches por contaminantes o un ministro francés de agricultura que pida la erradicación del vino para evitar el alcoholismo. Aquí, en apenas una semana, el ministro de Sanidad ha cargado contra las rebajas, el de Consumo ha despreciado el turismo y el vicepresidente Iglesias ha lamentado la empresa taurina.
España es un país de servicios y turismo. Se hunde económicamente en esta crisis y los encargados de darle la puntilla son tres ministros. Podríamos despachar el asunto pidiendo las dimisiones de los tres –que no serviría de nada porque nadie va a hacer caso– pero la reflexión es más grave. Me pregunto si Pedro Sánchez se da cuenta de que su gobierno contribuye al hundimiento de la nación con medidas y comentarios alucinantes y criminales.
¿De veras todas las familias que tienen los comercios rilados han de abandonar el intento de acicatear a los clientes? ¿Conviene decir a los españoles que no piensen en veranear, como ha aconsejado Alberto Garzón? ¿Es preciso acabar ahora, justo ahora, con las dehesas, las castas de toros, el trabajo de acomodadores, muleros, cuadrillas, capataces, criadores?
Sólo puedo concebir tanta estulticia concluyendo que la política es, a veces, el arribadero de los tontos y vagos de las familias. Gente que en su vida ha levantado un cierre, organizado un viaje turístico o presenciado una tienta. Es muy triste tener que mandar a los ministros a hacer puñetas. Tampoco sabrán qué significa.