Guardia Civil
Viva el Comandante
La destitución del coronel Pérez de los Cobos vuelve a destacar la integridad moral de nuestra Guardia Civil
“Conmigo, o contra mí”. Con esta premisa funcionan los regímenes totalitarios y así operaba el comandante Ernesto Guevara, cuyas técnicas, actualizadas al siglo XXI, comienzan a aflorar: solo hay una única verdad y la mía es la oficial. La única realidad válida es la que se controla, la que se publica en el BOE, en los estudios del CIS o en los medios oficiales. Aquel que ose contradecir al poder será fulminado, destituido y posiblemente investigado. Quien controle la investigación penal controlará la verdad judicial, siendo la independencia un estorbo de la maquinaria del poder.
Por ello, los jueces instructores y la Policía Judicial en España resultan ‘incómodos’ a ojos de nuestros dirigentes. La destitución del coronel Pérez de los Cobos vuelve a destacar la integridad moral de nuestra Guardia Civil, su lealtad a la ley y a la Constitución, así como sus principios y su devoción a España. Esta destitución resalta la peligrosa forma de actuar que está tomando el Ejecutivo, prácticamente antidemocrática y casi al borde de la legalidad.Según ha publicado María Peral, el coronel ha sido destituido por no revelar el informe que había elaborado la benemérita sobre las manifestaciones del 8M. Es decir, ha sido cesado por cumplir la ley.
Con el reglamento en mano, el artículo 126 de la Constitución y el Real Decreto de 1987 sobre la Policía Judicial refiere “la dependencia funcional de la Policía Judicial al juez, y el secreto de las investigaciones”. En otras palabras, un proceso judicial es secreto a las partes so pena de poder incurrir en responsabilidades penales de revelación de secretos, e incluso de obstrucción a la justicia. Una democracia se mide por lo que valen sus instituciones.
Pérez de los Cobos fue introducido por Rubalcaba y designado por el PP gracias a su profesionalidad demostrada tanto en el dispositivo de Cataluña el 1-O, como en cientos de operaciones contra el crimen organizado. Quienes tuvimos la suerte de conocer profesionalmente al coronel sabemos que su deber a la ley es intachable y que es de justicia esclarecer lo ocurrido. Si el Ejecutivo se inmiscuye en una investigación judicial, es fundamental señalar a los responsables sin tapujos, siendo indispensable el valor crítico de la sociedad civil ante los síntomas de debilidad que sufre nuestra democracia.
¿Qué ocurrió cuando aparecieron unas cintas del ministro Jorge Fernández sobre “afinar” unas investigaciones contra el independentismo? ¿Qué hubiera ocurrió si el gobierno de Rajoy hubiera destituido al máximo responsable de la Policía que investigaba la Gürtel a las órdenes de un juez? Recordemos: ningún régimen totalitario moderno llega al poder por la fuerza. Este se alcanza con cauces democráticos que, una vez legitimados, sirven para depurar y eliminar a aquellos díscolos de la “única verdad”.Es hora de que nuestra democracia, derechos y libertades se despierten. De lo contrario, puede que, algún día no muy lejano, sea demasiado tarde.
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