Opinión
Lo que va de VERDI a VERDE
Quim Torra, presidente de la Generalitat por designio de Carles Puigdemont, fugado de la Justicia, ha organizado hoy un aquelarre en el Parlamento catalán para arremeter contra la Monarquía y contra el Rey Felipe VI, con la excusa de la salida –que no huída como la de su jefe– del Rey emérito. La mayoría «indepe» y los Comunes de Ada Colau, la versión catalana con matices de Unidas Podemos, intentarán aprobar resoluciones contra la Monarquía y, por lo tanto, contra la Constitución, que luego ya anulará el Tribunal Constitucional. Torra y los «indepes» están en precampaña electoral y quieren aprovechar el «hasta luego», porque volverá, de Juan Carlos I.
El desaparecido Alfredo Pérez Rubalcaba que, siempre estuvo informado por Mariano Rajoy de los secretos de la abdicación real de 2014, decía que la «Monarquía es la clave de bóveda» del sistema español. Pedro Sánchez se parapetó el martes tras esa expresión en una defensa de la Monarquía y del Rey, que para muchos supo a poco y para sus socios de Gobierno, con Iglesias a la cabeza, a demasiado. El presidente eligió reafirmar su apoyo, reiterado ayer en una carta a los militantes del PSOE, a la «vigencia del pacto constitucional», todo un quiebro retórico, tan medido como significativo. «Toda palabra es un prejuicio», decía Nietzsche y, claro, también las que se eluden.
Manuel Conthe, secretario de Estado de Economía en tiempos de Felipe González –el mejor valedor por ahora del Rey emérito– defiende «la monarquía como república perfeccionada». Sería el caso de España, en donde los poderes del presidente del Gobierno son equiparables a los de jefes de Estado, con funciones ejecutivas, de repúblicas, con la salvedad de «la pompa y circunstancia» y eso con matices. Sánchez, si no fuera por su debilidad parlamentaria, no necesitaría chapotear en el charco antimonárquico que llena Iglesias, que no olvida el sueño de liquidar el régimen del 78 y utiliza a su clientela, que no viviría mejor en la república podemita que en la monarquía de Felipe VI. Un magistrado del Supremo, en un escrito privado, evoca las pintadas en la Italia del Risorgimento en apoyo al compositor de moda VERDI, aunque todo el mundo sabía que era un mensaje monárquico: Vittorio Emanuele Re D’Italia. Echa de menos en España una que diga VERDE, Viva El Rey De España. El inquilino de la Moncloa quizá no se atreva a tanto, pero también hay silencios clamorosos, sobre todo entre políticos y empresarios que se peleaban por figurar al lado de Juan Carlos I.
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