Opinión

El bicho y los 24.000 millones

El bicho, Covid-19, sigue ahí y vuelve a extenderse por España, sin que haya explicación convincente –científica, matemática, estadística– de por qué es la zona de Europa más afectada, más allá de la teoría que apela al botellón y las celebraciones familiares. Todo eso, además, está a punto de acabarse y también la «marcha nocturna» y fumar cerca de otros, después de que el Gobierno de Sánchez –intenta lavarse las manos en esta segunda ola– y los presidentes autonómicos, cada uno celoso de sus competencias, aceptan ya que al bicho no lo detienen ni fronteras, ni estatutos, ni sueños «indepes». Habrá, porque es inevitable, una cierta coordinación y medidas generales, contra ese «bicho que no cesa» que, como «el rayo» de Miguel Hernández, sigue ahí como «manifestación de las furias del mundo agresivo» que, en este caso, no rodean al poeta, sino a todos los ciudadanos. Los contagios aumentan y los profesionales de la medicina advierten de que todo se complica. No habrá otro confinamiento generalizado porque supondría la ruina económico, pero 2020 ya es un año perdido, y España uno de los países más dañados. Solo la economía del Reino Unido y los disparates de Boris Johnson, se hunde más que la española, según Eurostat, que es algo así como el Instituto Nacional de Estadísticas, pero europeo. La tercera parte de los empleos destruidos en la Unión Europea son españoles y el Banco Central Europeo (BCE), que preside ha facilitado a España, directa o indiretcamente –a través de los bancos– unos 670.000 millones de euros a España. Sin la institución que preside Christine Lagarde el país sería un páramo de ruina y miseria.

El futuro inmediato se complica. El Gobierno ha pedido 20.000 millones al SURE, que es un programa europeo de ayuda al desempleo en situaciones de riesgo. La ministra Montero intenta incautar 14.000 millones, a devolver en más de 15 años, de remanentes de los Ayuntamientos que, claro, se han rebelado. El Gobierno presume de liquidez, pero no deja de buscar dinero, aunque no acude donde le ofrecen ya 24.000 millones, a un interés irrisorio y con el único compromiso de destinarlos a la lucha contra el bicho. La propuesta llega del Mecanismo Europeo de Estabilidad pero para Sánchez tiene el estigma de un «rescate» que, tampoco sería indigno aunque la oposición le acusara de ello y, sobre todo, permitiría allegar unos recursos muy necesarios ahora para la sanidad. El bicho y los 24.000 millones que podrían estar, pero ni están ni se esperan.