Opinión

Los navegantes Sánchez y Creamer

Nadia Calviño reclama el domingo en estas mismas páginas de La Razón «los Presupuestos que España necesita, apoyados por el máximo número de partidos». Carmen Calvo, más lega en economía y con más descaro, explicaba en paralelo en El País que «es secundario con quién salgan adelante los Presupuestos, el objetivo es sacarlos». Pedro Sánchez tiene ahora un único gran objetivo: la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado para 2021 que sustituyan a los todavía vigentes, desde 2018, de Cristóbal Montoro. El inquilino de la Moncloa está dispuesto, como sugiere su segunda en el Gobierno, a pactar con quien sea para sacarlos adelante porque con las cuentas aprobadas se garantiza, salvo catástrofe bíblica, llegar al final de la legislatura. El presidente quizá tenga sus preferencias, aunque quiénes mejor le conocen sugieren que consisten en lograr los votos que le den la tan ansiada mayoría, sin que le preocupe de donde procedan y diga lo que diga Pablo Iglesias, consciente de que no puede bajarse del barco gubernamental si no quiere convertirse en un náufrago político.
El problema de los Presupuestos que intenta aprobar Sánchez es que existen escasos indicios de sus grandes líneas y que, por ahora, el Gobierno para decidido a obviar cualquier carta de navegación. Ayer, 130 de los más reputados economistas españoles –de adscripciones diferentes–, bajo el paragüas de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada y la coordinación de Ángel de la Fuente, publicaron las conclusiones de un grupo de trabajo creado para la Covid-19 que pueden ser una especie de ruta económica para los próximos años. Los 130 economistas coinciden con otras instituciones y otros expertos: reclaman un pacto presupuestario para varios años, una reforma fiscal profunda y eficaz –sin demagogias sobre impuestos inútiles a los ricos–, reforma de unas pensiones insostenibles, retirada gradual de los ERTE y que las empresas recuperen la opción despedir, algo que harán de cualquier manera antes de final de año. Además, también proponen una batería de medidas sociales para reducir desigualdades y ayudar los más desfavorecidos–perjudicados tras la Covid-19. Hay más opciones, aunque no muchas ni muy diferentes, pero todas requieren una carta de navegación a la que hasta ahora ha renunciado el inquilino de la Moncloa, inspirado quizá por Marvin Creamer, geógrafo y navegante, que acaba de morir a los 104 años y cuya gran hazaña fue dar la vuelta al mundo a vela sin instrumentos ni mapas en 1982, como navegaron en sus tiempos vikingos y comerciantes chinos. Todo es posible, pero cuando hay tanto en juego como ahora es mejor tener hoja de ruta, utilizar todos los instrumentos y olvidarse de improvisaciones. Los navegantes Creamer y Sánchez.