Opinión

Mentores en tiempo de pandemia

Hoy 10 de septiembre, coordinado desde la Isla del Rey ubicada en el centro del estratégico puerto de Mahón, la Red de Mentoring España, con su presidente Julio Rodríguez Díaz al frente, organiza su anual congreso internacional, esta vez de forma virtual, en el que intervendrán 35 ponentes especialmente seleccionados para abordar como tema central el papel del mentor y los jóvenes en su futuro tras los tiempos de pandemia.(1) Al mentor, consejero, guía, maestro, padrino, lo encontramos ya en la Odisea en la figura de Telémaco, el amigo leal de Ulises. Muy extendida su cultura en el mundo sajón, integra distintos roles: acompañante; modelo; guía; soporte; motivador; patrocinador; retador. Es el «magister» de la Edad Media, «el acompañante generoso que comprende la singularidad del otro» como lo define Alex Rovira, en un anticipo de su intervención en la que insiste en su idea de que «la buena suerte la creamos cada uno, cada día». Y cuando habla del vínculo generoso entre mentor y discípulo que posibilita la realización del otro, hace suya una frase de Blaise Pascal: «Trata a un ser humano como es y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede llegar a ser y se convertirá en lo que está llamado a ser».

Antonio Garrigues Walker, otro de los ponentes, anticipa su concepto de utopía como impulso necesario de la juventud; mantiene que hoy «la solidaridad además de una virtud es una obligación social estricta y por si fuera poco el único camino seguro para superar esta situación dramática». Insiste en una vieja idea que justifica razonadamente: el derecho a la Verdad como uno más de los Derechos Humanos, ante la invasión creciente de bulos y mentiras. El hombre que a sus ochenta y pico años se siente joven y pregona «que no hay que jubilarse» para mantener vivo el espíritu defendiendo valores, también nos avanza: «No me cabe duda de que a la vista del comportamiento del estamento político y del silencio de una sociedad civil acobardada, lo que hace falta en la vida pública es encontrar gentes que defiendan estos valores con grandeza de miras». «Debemos ayudar para que haya mejores personas en este planeta», corroborrará este inspirador de valores que es Alex Rovira. Piensa Antonio hablarles a los jóvenes de libertad, para escapar de lo que Yuval Noah llama «la religión del datismo», especialmente útil para dirigir con mano de hierro unas ansias consumistas que a veces superan todos los niveles de lo ridículo. A ella contrapone la libertad de elegir entre distintas opciones: «Si perdemos esta capacidad entraremos sin darnos cuenta en formas de dependencia o esclavitud mental»; «la privacidad, la verdad y la libertad, están hoy auténticamente en peligro y su limitación en cualquier forma empobrecería gravemente la condición humana», cuando sentencia firme: «¡No lo vamos a aceptar!».

Ferran Ramón-Cortés, autor del libro de pensamiento «La Isla de los cinco faros» referido a Menorca, forma parte del grupo de insulares –nacidos o integrados– que se incorporan al evento, con Aurora Herraiz en su papel de motor dinamizador, Pepe Díaz Montañés como empresario comprometido y Sergio Llull y Toni Nadal como ejemplos de esfuerzo y superación. Ferran insistirá en que la clave del papel del mentor está en la comunicación, advirtiendo con razón que «hablar no es siempre comunicar».

Con todos ellos, Emilio Lora-Tamayo Rector de la Universidad Camilo José Cela que apoya a la organización del Congreso, Celia Torrebadell, delegada territorial del banco Santander, Blanca Gómez, que tratará del mentoring inverso, es decir, el de los jóvenes hacia los mayores; Mónica Torrijos, Juan Jose Valle-Inclán, Minerva López Pérez, Luis Vicente Muñoz que «abre el evento al mundo» a través de las ondas de Capital Radio, María Manzano y un grupo de expertos iberoamericanos que intervendrán desde México, El Salvador y Ecuador.

Indiscutible reto, organizado entre dificultades, pero conscientes los organizadores de que el momento necesita impulsos, que no podemos quedar cruzados de brazos cuando las generaciones que nos siguen están desorientadas, vacías, a las que hay que transmitir mensajes generadores de valores que les ayuden a cambiar, creciendo juntos, más seguros, recurriendo incluso a la utopía y a los sueños para construir el futuro.

El lugar elegido –un Hospital Naval construido por los ingleses en 1711 y que se cerró como Hospital Militar español en 1964, abandonado luego al expolio– encaja en el evento. Porque desde 2004 un grupo de voluntarios soñadores, de distintos países, edades, ideologías e incluso razas, –mentores y discípulos–, lo están recuperando en cuerpo y alma. Y si importante es reconstruir las piedras, más lo está siendo, hoy precisamente, recuperar el alma –generosidad, esperanza, vida– de una instalación sanitaria con cerca de 300 años de vida sanitaria.

(1)www.evento.mentoringspain.es