Opinión

Homenaje a la Legión desde la economía

Al cumplirse un siglo desde que la historia de España puede escribirse, si nos basamos en cuestiones económicas, un protagonista esencial de ella, a partir de entonces, fue La Legión. Creo preciso que los enlaces derivados de tal fundación, que afectan a la economía, deban ser expuestos. La Legión, en mil sentidos, ratifica esas vinculaciones que ya había establecido, en general, sobre la economía y multitud de aspectos relacionados con las fuerzas armadas, Mariana Mazzucato, a partir de su gran aportación «The Entrepreunerial State: Tebunking Public vs. Private Sector Myths» (2013). Destaca, con claridad, el papel que las instituciones y los gastos de defensa han tenido, una y mil veces, para el desarrollo económico.
¿Y eso sucede con la Legión? Lo ha probado el profesor Javier Morillas, de modo perfecto, en su aportación «Sáhara Occidental: desarrollo y subdesarrollo» (Lecturas Interamericanas, 1995). Y como existen mil ámbitos más donde todo eso se ratifica, creo que en estos momentos de homenaje, es preciso que nos refiramos a otros tres impactos favorables para nuestra economía, que a la Legión se deben.
El primero está unido a esa fecha fundacional, 1920, del nacimiento del cuerpo. La neutralidad española en la I Guerra Mundial fue seguida por un conjunto de impactos negativos. Tras algunas mejoras durante ella, a partir de 1918 tuvo lugar la aparición en Europa de alteraciones revolucionarias, económicas y políticas, que saltaron a España. Concretamente, en Cataluña, ésto provocó un conjunto de tensiones socioeconómicas colosales, entre otras características, con el hundimiento de la actividad industrial, como fruto de una realidad revolucionaria que la hundió; acompañada de asesinatos múltiples entre los miembros del llamado «sindicato único», vinculado al mensaje que, con las variaciones que se quieran, procedía del Manifiesto Comunista de 1848, y la violencia frente a él, financiada por el mundo empresarial catalán. Ese caos estaba basado, en buena parte, en el papel de los pistoleros de ambos bandos; pero a partir de 1920 se produjo un atractivo para muchos de ellos, y se reinició la paz en Cataluña, porque los contedientes prefirieron alistarse en la Legión. Esa recuperación provocó un cambio económico radical. El PIB por habitante había bajado de 3.269 euros, en 1912, a 3.168, en 1919; mas, en 1921 pasó a ser de 3.450, iniciando una serie de incrementos continuos, impulsados, en parte notable en Cataluña, hasta alcanzar, en 1929, la cifra de 4.436 euros, que a partir de esa fecha –recuérdese que fue el año final de la Dictadura de Primo de Rivera– no se volvería a superar, hasta 1955. El impacto de la fundación de la Legión estaba detrás de ese cambio radical.
Además, lo estaba por su papel en la liquidación del conflicto del Rif. Recordemos que en torno a 1920 se habían producido catástrofes en el protectorado español de Marruecos, como consecuencia del llamado «desastre de Annual», que casi estuvo a punto de producir la ocupación de Melilla por las tropas del dirigente rifeño Abd el-Krim. La aparición de la Legión, precisamente en Melilla, y otra serie de actividades culminadas con el desembarco de Alhucemas, liquidaron la guerra de Marruecos, y el gasto público pudo orientarse hacia un desarrollo económico notable, logrado en la segunda parte de la década de los 20, generando la paz lograda en Marruecos y una actividad notable en España. Y eso se debía precisamente, en alto grado, a la presencia de Banderas de la Legión.
Y no ha terminado su papel de impulso a nuestra actividad económica. En la actualidad, desde 1970, a causa del Acuerdo Preferencial con la CEE, la economía española experimenta impulsos positivos extraordinarios. Pero eso, y sobre todo tras el ingreso definitivo en el ámbito europeo en 1985, y el posterior en la OTAN, da lugar a ventajas económicas notables, a cambio de que España secunde realidades políticas deseadas por el conjunto europeo. Y esas realidades plantean reacciones bélicas de variado tipo, que son encomendadas a la Legión, ya para mantener el normal funcionamiento de los países europeos –como fue su intervención en Bosnia o en todo su entorno–, ya en el Oriente Medio, como ocurrió en el caso del Líbano, o incluso en África, como sucede en Mali. Para España, en lo económico, esa situación que desde el centro de Asia rodea al Mediterráneo le es fundamental, en relación con las inversiones a largo plazo. Ahora mismo, esa es una realidad vigilada de modo extraordinario e incluso con pérdidas humanas por la Legión.
Desde 1920, y como consecuencia de la defensa de mil valores, podemos estar orgullosos de aquella realidad inicialmente nacida bajo el mando inmediato de Millán Astray. Ahora mismo, también ese impacto favorable en lo económico es visible y conviene no ignorarlo.