Optimismo en vena

Hoy más que nunca necesitamos llenarnos de optimismo para saber que podremos revertir hasta la situación más dramática. Derribemos el mito que presupone a una persona positiva como utópica, ingenua o superficial. Ser optimista significa ver más posibilidades que limitaciones: nos permite luchar contra la adversidad con lo mejor que llevamos dentro: nuestra actitud, resiliencia e inteligencia emocional. Por el contrario, el pesimismo conlleva dolor y sufrimiento, porque se orienta hacia lo que puede salir mal, y acaba atrayendo calamidades. El optimismo nos empodera mientras que el pesimismo nos debilita. El miedo encoge la vida, el coraje la expande. Las circunstancias no tienen poder sobre nosotros. Lo que nos decimos o pensamos acerca de esas circunstancias, sí. «No es que no nos atrevemos porque sea difícil, sino que es difícil porque no nos atrevemos». Ser optimista no significa vivir ciegamente, sino confiar en uno mismo, en lo que está en nuestra mano, enfrentándonos a las dificultades, superando los miedos y abriendo nuevos caminos, viendo oportunidades donde otros ven límites y sin perder de vista ese motor vital tan fuerte como es la esperanza. No se trata de autoengañarse, sino de ser valiente, racional, perseverante, sociable, creativo. Los pesimistas son menos sociables por ese miedo a que les hagan daño, a la frustración, o por esa visión negativa de la humanidad que les hace sentir que viven en un mundo hostil, desconfían de todos y les cuesta ver bondad y buenas intenciones en los demás. Potenciemos el optimismo con:

• Música optimista.
• Sonrisa (El cerebro interpreta que hay algo que te hace sentir bien y libera serotonina).
• Un objetivo positivo al día (dedicarnos un rato a deporte, autocuidado, recuerdos agradables, paseo…)
• Una meta alegre en compañía (procurar el bienestar de los demás segrega endorfinas).
• Un mantra diario: una frase alegre optimista: «obtengo el mejor resultado en todo lo que emprendo» por ejemplo.
• Liberar oxitocina con un buen libro, serie, película, humor… pensamientos positivos, alegría, energía. Se estimula a través también de interacciones cariñosas.
  

-Rayos de sol y una dieta sana y equilibrada también libera serotonina.