Opinión

Al oculista

Por supuesto que nos vacunaremos contra el Covid (cuando se sepa, eso sí, cual va a ser la vacuna buena) pero eso no significa tampoco que no vayamos a hacerlo con cierta desconfianza. Solo los miopes confundirán esa desconfianza con el paranoico sentimiento de los que niegan la bondad de las vacunaciones.

No; la mayoría de la población sensata y pensante sabe perfectamente de lo benéfico de las vacunas. Pero ya conocen también exactamente que el protocolo habitual y óptimo para fabricar una que tenga garantías absolutas, sin ninguna fisura, de tres años no baja. Por eso, frente a las deslumbrantes vacunas exprés que van a proliferar los próximos meses, el peatón sensato, acostumbrado por la vida a escoger la opción menos mala, sabe que mejor eso que nada y recurrirá a su uso no sin cierto grado de aprensión. Esa aprensión procede simplemente de la fuerza con la que ha entrado la mentira en la gestión y la administración en los últimos tiempos. ¿Cómo confiar en unos políticos y unas grandes corporaciones que nos han mentido, desprotegido y abandonado tanto los últimos años?

Se han dicho tantas mentiras últimamente que los mentirosos con mando en plaza ya se han creído sus propias falacias y se han olvidado de que la gente no es estúpida. Viven en un mundo paralelo donde temen menos a equivocarse que a tener que reconocer que se han equivocado. Cuando la equivocación es menos temida que su posible reconocimiento cabe pensar que estamos ante algún tipo de patología. Yo no digo que sea una patología de tipo moral o mental. Quizá, con suerte, solo sea patológico en lo que a la medida de la vista afecta. Un buen ejemplo de ello ha sido la última ocurrencia de Ximo Puig diciendo que respetaba a las víctimas del terrorismo, pero que ahora se necesitaba altura de miras.

O sea, quiere tanto a las víctimas que las insulta añadiéndoles a su dolor la repugnante acusación de tener una mirada alicorta y mezquina. Todo para aprobar unos presupuestos que subirán el sueldo a los de su clase. Qué tipo. Baste decir que lleva gafas. Obviamente, las necesita.