Opinión

Resiliencia y solidaridad

Ayer vio la luz un libro gratuito y necesario para una sociedad vapuleada económica y sobre todo psicológicamente por el virus COVID-19 y que comienza así: «En los momentos complicados, la resiliencia nos muestra que, como personas, somos capaces de darle la vuelta a la realidad y encontrar luz en medio de la oscuridad. Hoy, todo lo que necesitas está dentro de ti. Agárrate a esto. El camino hacia delante se escribe poco a poco, día a día». Sin duda la gente más feliz es la que domina su atención y tiene autoconfianza.

El libro se llama «ABCDario de Resiliencia», de la doctora Rafaela Santos, y fue presentado ayer en un acto online para toda España y Latinoamérica. Y es que la vida va de levantarse las veces que sean necesarias y de crear felicidad, como consiguen, por cierto, los proyectos de inclusión laboral y deportiva de personas con discapacidad de tantas fundaciones a quienes muchos impulsamos.

Quiero recordar que un año más vuelve a todos los hogares la «Flor Dulce de Navidad», que desde 2014 ha ayudado a financiar cursos de formación y empleo, así como actividades deportivas para personas con discapacidad. La Flor Dulce de Navidad es un bollo de unos 350 gr., tipo suizo relleno con cacahuetes fritos con miel, pasas y compota de manzana, que en años anteriores elaboraban, decoraban y vendían personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, en esta edición, debido a la crisis sanitaria, se ha optado por un método de elaboración en obrador pero conservando su mismo fin social: conseguir fondos para fomentar la inclusión social, laboral y deportiva de personas con discapacidad. El precio es de 10€ y los pedidos se realizan por email a contacto@fundacionirenevilla.org. En la Web de la Fundación pueden consultarse los días y plazos de entrega.

En estos años hemos distribuido miles de unidades de este dulce solidario, que también ha llegado a residencias de mayores y centros de personas sin recursos. Este año, igualmente se donará una partida de Flores a un comedor social y una residencia de Madrid para compartir este dulce con personas vulnerables. ¡Es un honor que sigáis permitiéndonos endulzaros la Navidad!