Navidad

Tenemos que hablar de los Reyes Magos

«¿Ves todas esas furgonetas de Amazon estos días por las calles? Pues hijo, espabila y reflexiona»

En varios países algunos políticos han hecho declaraciones acerca de que a Papá Noel no le afectaban las restricciones. Podría hacerse algo parecido aquí en España. Tendría así que salir Pedro Sánchez, en una declaración institucional de esas que hace él (a ser posible un poquito más corta) y contar: «Quiero pedir a los niños que estén tranquilos: pese a las medidas contra el coronavirus, os prometo que los Reyes Magos van a poder ir a vuestra casa».

«Mamá– preguntará entonces el niño, extrañamente nervioso, con las lágrimas apuntando ya sus ojos– ¿ese que ha dicho que vendrán es Pedro Sánchez?»

–«Sí, hijo».

–«¿Es el mismo– continuará, entrecortado por los pucheros–, el, el mismo, que prometió que no, que, que no iba a pactar con Podemos y Bildu?».

Serán entonces Casado y Ayuso los que intenten convencer de que los Reyes no van a tener problemas: «Madrid es España– dirá la presidenta de la Comunidad–, España es el Mundo, los Magos, por tanto, son de Madrid».

«Pero mamá– dirá el niño, con cara de susto– ¿nosotros no mandamos la carta a Oriente? Si son de aquí, no les ha llegado».

La madre, antes de explicarlo, prefiere cambiar de canal, a ver si en alguno echan Bob Esponja. El que sale es Pablo Iglesias, con una chaqueta dos tallas más grandes: «Niños, ha llegado la hora de la verdad de la gente: los Reyes Magos son una institución corrupta, heteropatriarcal...»

«Mami– dirá de nuevo el niño, confuso– ¿qué es heteropatriarcal?

–«Que el mundo esta regido por hombre heterosexuales que han decidido lo que es mujer, y no sólo no nos han dado voz, es que han hablado por nosotras».

–«Pero, mamá, no entiendo nada: ¿Pablo Iglesias no es un hombre heterosexual?» La voz del vicepresidente sigue sonando: «Los Reyes Magos son el punto final del consumo capitalista, su derrota es la victoria del pueblo», acaba, mientras por detrás se ve un camión llegando a su casa repleto de regalos para sus hijos.

La madre, al ver a su hijo okupando el Belén con un peluche, cambia rápidamente. Y aparece Santiago Abascal: «No os preocupéis, niños españoles, los dos Reyes Magos...».

–«Mamá, ¿ha dicho dos?».

«Los dos repartirán alegría a todos– continúa–. Una alegría nuestra, con nuestros valores sin permitir que inmigrantes que atraviesan el desierto sedientos en camello nos invadan».

Antes de que hable Arrimadas la madre apaga la tele, tira el mando enfurecida y toma una decisión: «¿Ves todas esas furgonetas de Amazon estos días por las calles? Pues hijo, espabila y reflexiona».