Opinión

Siempre agradecidos

Este año los Premios Cinematográficos José María Forqué, en su 26 edición, han sido sumamente emocionantes, no en vano la cultura ha sido la que nos ha hecho la vida más fácil durante el confinamiento y en estos días, en los que de nuevo la escalada de los contagios nos atenaza y obliga a quedarnos en casa, es el mejor bálsamo, especialmente por el gran talento de un elenco de artistas y profesionales que de nuevo hace que nuestro país destaque a nivel internacional. 

Muestras de humildad y generosidad entre los premiados con sus “competidores”, han puesto ese tinte de solidaridad y gratitud que caracteriza a  nuestra sociedad y que lleva representándonos muy especialmente desde marzo de 2020, al inicio de la pandemia. 

Precioso fue también el sentido homenaje a las víctimas de la COVID­19 y a todos los que se convirtieron sin quererlo en nuestros héroes y heroínas en los peores momentos.

Dieron protagonismo a quienes, con suma empatía y sensibilidad, venciendo ese miedo colectivo que sobrevolaba nuestras voluntades, siguieron abasteciendo y atendiendo los supermercados, protegiéndonos, a los policías, guardias civiles, militares, servicios de limpieza, transporte, alimentación, seguridad… de una forma tan bonita… 

Que quienes nos enriquecen con sus historias e interpretaciones, nos entretienen, culturizan y ayudan a sobrellevar las etapas más complicadas de nuestra vida, hayan tenido este emotivo y público reconocimiento a los héroes anónimos de la pandemia, fue algo que de nuevo enorgullece a nuestro país y le recuerda la importancia de mantenernos unidos, fuertes y ensalzando lo que nos enorgullece, haciéndonos olvidar lo que nos avergüenza, mucho menos significativo pero que, lamentablemente, suele hacer más ruido. 

No olvidemos el papel de todas esas personas anónimas que fue tan importante en la crisis sanitaria generada por el COVID­19, como ante las dramáticas e im­previstas consecuencias de la borrasca Filomena y otros desastres, sufridas en varias provincias de España. 

En sus corazones quedarán los momentos vividos y el ejemplo de liderar situa­ciones complicadas, porque no es fácil controlar la incertidumbre, asumir responsabilidades y transmitir confianza. 

A lo largo de los años, hay muchas historias de solidaridad y su­peración que nos transforman e inspiran para seguir hacia adelante y siempre agradecidos.