Política

Gato por liebre para Salvador Illa

Pedro Sánchez se equivoca de estrategia con Vox: darles protagonismo es «pan para hoy y hambre para mañana»

En Cataluña solo faltaba el bueno de José Félix Tezanos y la correspondiente encuesta del CIS. No ha querido hacernos esperar más y, por fin, ha publicado su último estudio sobre las elecciones catalanas.

Además de asegurar la victoria de Illa, cosa que quizá responda cada vez más a un deseo que a una realidad, hay otras cuestiones detectadas por la encuesta que merecen atención.

Lo primero es el ascenso imparable de la extrema izquierda y la extrema derecha que, empatados entre si, van pescando en el electorado de uno y otro signo. Los problemas judiciales del PP no ayudan, como tampoco lo hace el intento de Pedro Sánchez en los últimos días de dar protagonismo a Vox, poniéndolo en valor frente a los populares sin darse cuenta de que es “pan para hoy y hambre para mañana”.

Por otra parte, algo en lo que coincide el CIS con otros sondeos, es la caída pronunciada y sin recuperación de Ciudadanos y la, más suave, pero no menos simbólica de Podemos.

La fotografía se resume en: el independentismo más fuerte y con la única incógnita de si ERC conseguirá aguantar el sorpasso de Puigdemont, el PSC como heredero oficial mayoritario de los votos de Arrimadas y el alza de los dos extremos políticos.

Todo esto apunta a una reedición del govern de los que han hundido las instituciones catalanas en los últimos años y tienen a sus dirigentes bien en prisión, bien fuera del país y buscados por la justicia española.

Sánchez sigue inflando el globo de la victoria de Illa como pasaporte a la presidencia de la Generalitat, pero no es otra cosa que alimentar un culebrón cuyo final está cada vez más claro.

Todo apunta a que el ex ministro va a tener peor resultado de lo que le han vaticinado los sondeos, hasta el punto de que el bueno de José Félix se ha visto obligado a bajar en unas décimas sus expectativas.

No obstante, aunque ganase, los de ERC no podrían permitirse participar en un gobierno como subalternos del PSC, ni tampoco lo querrían, porque su espacio más natural es el pacto con los demás independentistas.

Seguramente Sánchez explorará un ejecutivo catalán tricolor, PSC, ERC y Podemos, pero sin mucho entusiasmo. Eso formaría parte de la liturgia monclovita porque sería totalmente intragable incluso para el actual comité federal socialista.

Iván Redondo ya está construyendo el discurso que memorizará y repetirá Sánchez después del 14F, consistente en enarbolar, si llega, la victoria del PSC como un éxito personal del líder socialista.

Si esta no llega y es por poco, también será mérito de Sánchez. Por último, si el resultado es decepcionante, comparecerá Ábalos agradeciendo al ex ministro su trabajo y arrojando al PSC la responsabilidad.

A Illa le han dado gato por liebre, aunque probablemente es mejor plato de lo que le hubiera caído si no acepta. Estamos en febrero y, gracias a su gestión, seguimos sin saber como se va a realizar la vacunación.