El trípode

Sanchismo ante catástrofes: polarización e incompetencia

Esa polarización sanchista tiene en las catástrofes naturales ocasión de hacerse más evidente que nunca, al ser incapaz de desarrollar la imprescindible colaboración -no sometida a intereses políticos- entre instituciones gobernadas por partidos distintos

Cuando lleva más de siete años residiendo en el complejo presidencial de la Moncloa -con prolongadas estancias de vacaciones en La Mareta y en otras residencias del Estado-, está muy claro cuál es el programa político del gobierno de Sánchez y de su estrategia para llevarlo a cabo. En cuanto al programa gubernamental está muy claro: ante todo y sobre todo se reduce a “estar” en el poder. “Estar” en el gobierno, que no es lo mismo que “gobernar”, puesto que el sanchismo es una mera coalición de intereses políticos distintos y distantes entre sí, unidos por un solo y común objetivo: mantenerse en el poder para que no lo ocupen “la derecha y la ultraderecha”. Y esto último es su estrategia para conseguirlo: fomentar la polarización social y política promoviendo la división y el enfrentamiento entre los diversos grupos sociales. Atribuyendo todos los males que sucedan o puedan suceder en el futuro a la ultraderecha (si llegase al Gobierno). Es una estrategia que a lo largo de la Historia ha dado probadas muestras de su aplicación y de las consecuencias que genera en la población y la sociedad a la que somete. De manera destacada ha tenido su expresión en dos ideologías totalitarias y criminales: el nazismo y el comunismo. Del primero no es necesario extenderse al estar sepultada bajo tierra tras su absoluta derrota en 1945; pero la comunista sigue demasiado viva no habiendo sido sometida a ningún “juicio de Nuremberg”, y estando mimetizada bajo nuevas banderas tras la desaparición de la URSS. De esa mimetización se encargó el Foro de São Paulo, ahora el Grupo de Puebla, ocultando la bandera roja con la hoz y el martillo; y la dictadura del proletariado como panacea terrenal a conseguir. De eso saben mucho los destacados sanchistas que pertenecen a ese Grupo promovido en su día por Fidel Castro y otros renombrados comunistas. Esa coalición autodenominada “progresista” tiene de ello, tanto como de ”feminista”, que han tenido que abandonar de su pancarta tras los ejemplos dados por conocidos “progresistas” tanto clientes como beneficiarios del negocio de la prostitución. Esa polarización sanchista tiene en las catástrofes naturales ocasión de hacerse más evidente que nunca, al ser incapaz de desarrollar la imprescindible colaboración -no sometida a intereses políticos- entre instituciones gobernadas por partidos distintos, unidas para hacer frente al bien superior que exige afrontar la catástrofe. Sucedió con la DANA -“si necesitan ayuda que la pidan”- y se ha repetido ahora con los incendios. Es consecuencia de ser la coalición gubernamental y sus aliados parlamentarios -ERC, Junts, Podemos, Bildu, PNV- de hecho, un auténtico Frente Popular. De cuya experiencia en España tenemos suficiente.