Elecciones catalanas

Necesaria reflexión

Tras la tempestad viene la calma, y hoy lo hace de la mano de la jornada de reflexión después de la campaña más surrealista de las muchas ya vividas con nuestra Constitución. La superposición de una pandemia histórica, a una Cataluña instalada en un bucle de rauxa del que ni quiere, ni puede, ni se decide a salir, ha dado como fruto que se hayan producido mítines y actos con más medios de comunicación que público –pese a considerar su asistencia como «actividad esencial»– y «debates» –es un decir– de nueve candidatos. Está dicho todo si, además, las estrellas son un expresident prófugo de la justicia en Waterloo, otro exvicepresident preso haciendo campaña, y un vicepresidente en ejercicio denunciando desde el Gobierno de España que nuestra democracia es de «baja calidad», por no estar suficientemente libres los que dieron un golpe de Estado contra la Constitución y el Estatut. En este escenario hay que reconocer que Illa, el ministro de la pandemia, ha sabido mantener un tono de sobriedad y contención que es de agradecer. Para no olvidar su intensa actividad precedente, ahora le imponen un confinamiento extramuros del separatismo, lo que no deja de ser un detalle procediendo de la CUP y sus aliados. Mientras, los candidatos vicarios Aragonés y Junqueras, mirando de reojo una repetición en mayo, coincidiendo con las elecciones en Escocia, cual nueva Ítaca. Esperemos, al menos, no volver a vivir el escrutinio de la democracia norteamericana, ni ver bífidos con cuernos asaltando el Parlament.