Irene Montero

Irene, a los gays los matan en Irán

Si la ministra se siente heredera de una ideología homófoba, que pida perdón

Nos perdemos en los detalles. En la burla del lenguaje inclusivo llevado al ridículo de Irene Montero, «hijos, hijas, hijes», que utilizó en un acto preelectoral con activistas LGTBI. El diccionario se lo pasa la ministra por la piscina del chalet de Galapagar, que es lo que decían que hacía Umbral cuando no le gustaba un libro: los lanzaba al agua. Pero vayamos a lo importante. A decir de Montero, en caso de que gane Ayuso, muchos homosexuales, lesbianas y etc van a perder su trabajo y a padecer terribles persecuciones. Sí, no se froten los ojos.

Esta «fake news» fue pronunciada ante su pareja, Pablo Iglesias, que defiende el control de los medios si «mienten» o no enfocan las noticias a su gusto. El antaño vicepresidente no la reprendió. Nadie del Gobierno ha desautorizado a la titular de Igualdad por no decir la verdad. No se trata de una cuestión opinable. En ningún lugar de España puede ocurrir tal cosa. De entrada, sería un delito. Querida ministra, no es en Madrid donde encarcelan a los homosexuales. La verdad que usted no cuenta es que los matan en Irán, ese régimen al que su partido no ve con antipatía. Los ahorcan a la vista de todos. El comunismo que tanto ansía ha hecho bandera de la homofobia. Tampoco lo menciona usted. En la Unión Soviética miles de homosexuales acabaron en el gulag. La Rusia de Putin mantiene la represión. Algo les queda de cuando los libros de los colegios advertían de su peligrosidad.

En vez de tantas series olvidables le recomiendo que vea el documental «Conducta impropia», de Néstor Almedros y Orlando Jiménez Leal, rodado en los ochenta, en el que se denuncia la opresión del castrismo hacia los «pájaros», que es como llamaban, o llaman, a los «desviados». Lea a Cabrera Infante. Recuerde a sus «fans» que el Che Guevara creó un campo de concentración en el que colgaba un cartel que rezaba «El trabajo os hará hombres», al estilo del de Auschwitz. Y si se siente heredera de esa ideología para la que la heterosexualidad era una barricada ante el fascismo, llame a un programa de televisión y pida perdón.