Opinión
El cuaderno de Chapu Apaolaza: Querido dominguero
Te lo dedico a ti que ahora mismo cruzas en tu coche otros campos, otros montes, otros cielos y otros caminos que parecían olvidados
Este cuaderno lo he escrito para ti, viajero de primer viaje tras el estado de alarma, primer hombre en la Luna de Benidorm. Te lo dedico a ti que ahora mismo cruzas en tu coche otros campos, otros montes, otros cielos y otros caminos que parecían olvidados. A ti que atardeces sobre el verde cósmico de Despeñaperros, que hace tanto tiempo que no pasabas por donde estás pasando que todo se te hace nuevo y exótico, y Jaén es el Serengueti con quitamiedos. Yo te celebro, querido dominguero, después de este lunes que ha durado meses. Y así me alegra pensarte cruzando mi Españita más allá del camino de casa a la oficina y te sueño llevado por esa cosa como marciana que siente uno por dentro cuando alcanza las últimas estribaciones del desfiladero de Pancorbo y a esta hora parece una estrella de Orión.
Te sueño, querido explorador de rutinas, descubridor de viejos caminos. Déjame ir contigo a la casa de tu playa, a sentarme en tu piedra, a acariciar el tronco de tu árbol, a llegarme al recodo de la senda donde se alcanza la vista que te gusta, a la chimenea que tú sabes, al sitio donde empadronaste el corazón. Vuelves a ese lugar al que te prometiste volver aquellos días en que sentías que se acababa el mundo y tenías que hacer un esfuerzo para concebir siquiera el día de mañana, que de pronto es hoy.
Déjame ir contigo. Quiero llenar tu maletero y que no quepan las maletas. Quiero parar en la gasolinera a aspirar su perfume de petróleo y orín, y que me cobren tres pavos por una cocacola caliente que ahora mismo, ¿ves?, sabe a champaña. Quiero escuchar la vieja canción del viejo cedé, la misma broma sobre el mismo cartel de entrada al mismo pueblo y perder los nervios con tus niños cuando en un rato empiecen a dar por saco con ‘Papá cuándo llegamos’ que hoy suena a música celestial. Déjame observar en silencio tus ojos cuando miren de nuevo las cosas. Prometo no molestar cuando vuelvan a ver el mar, cuando pasen su mirada sobre el portal de la casa en la que creciste y cuando tengan enfrente a tu madre.
Hablan los periódicos de lo de Cataluña, de lo del Gobierno, de los atascos de los irresponsables y te señalan como señalaban a los bares, como si estuvieras haciendo algo mal. Ya sabes cómo es España. No les hagas ni caso. Viaja, vive y sé feliz.
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