España

Vida y muerte

Somos lo que dejamos en el corazón de las personas. Y eso nunca muere

La muerte es parte de la vida. Sin embargo, sigue siendo un gran reto aceptarla. Siempre apuesto por abrazar el dolor: reconocerlo y saber qué lección hay detrás. Pero la muerte es, francamente, lo más difícil de abrazar. Por eso vivimos orientados a la vida, a celebrar lo que ella nos ofrece.

Celebramos que Naiara sea la primera bebé del mundo en recibir un trasplante de corazón en el Hospital Gregorio Marañón. Fue una operación insólita, con un corazón parado y con grupos sanguíneos incompatibles, en un bebé de dos meses de edad. Pero ya le han dado el alta.

Y esta semana en los emocionantes Premios Nº 1 2021 de Cadena 100, en el Guggenheim, fue galardonada Paz Padilla (entre grandes artistas como Conchita, Ella baila sola, Bisbal o La Oreja de Van Gogh) por afrontar la muerte con amor y mucho humor. En su libro “El humor de mi vida”, habla de la vida con su madre y su marido Antonio y de la muerte de ambos. Pero también de la importancia de reírse de nuestros miedos para espantarlos y que dejen de obstaculizar el camino. Es la manera de ganarles la batalla. Porque el sentido del humor tiene la maravillosa capacidad de ridiculizar los miedos y salvarnos de paso de esa absoluta inutilidad llamada sufrimiento. Paz propone romper con todos esos mitos que contienen más miedo que verdad.

Es cierto, como ella dice, que tenemos toda la información del mundo acerca del embarazo y el parto, pero prácticamente nada sobre los cuidados paliativos o todo lo que rodea a la muerte, que sigue siendo un tema tabú. Me gustan muchas frases de Paz, como que “el arma de seducción masiva más potente es la comedia”. Y es cierto, nada genera un vínculo tan fuerte como reírse juntos. Además eso ayuda a hacer algo indispensable para combatir el estrés o la ansiedad: vivir con la cabeza focalizada en el presente. Sonreír es incompatible con tener malos pensamientos.

La emoción que genera alguien en ti, es lo que se queda en tu corazón para siempre: somos lo que dejamos en el corazón de las personas. Y eso nunca muere.