Gira de Biden

El regreso de una vieja amistad

Trump empujó con rudeza al primer ministro de Montenegro a un lado en la cumbre de la OTAN, la visita de Biden ha sido mucho más diplomática

Carolyn M. Dudek

La visita del presidente Joe Biden a Europa marca el regreso a la normalidad de las relaciones transatlánticas. Quedó muy claro la tranquilidad y el alivio que sintieron muchos mandatarios europeos al hablar con Biden. El presidente está como pez en el agua. Algunos líderes, como Angela Merkel con quien ha trabajado antes, y otros como Emmanuel Macron estaban emocionados por conocerlo. La importancia de esta visita y su tono sugiere que Estados Unidos está volviendo a su papel de líder mundial, que está dispuesto a trabajar con Europa y a ser un socio para abordar temas importantes como la pandemia, el cambio climático, el comercio y la amenaza que suponen China y Rusia. El contraste con las visitas del ex presidente Trumps a los líderes europeos es marcado. Incluso Boris Johnson, un partidario del Brexit que en muchos sentidos comparte similitudes con el mensaje populista de Trump parecía estar a gusto con el actual presidente de Estados Unidos, que no apoyaba el Brexit. Mientras Trump empujó con rudeza al primer ministro de Montenegro a un lado en la cumbre de la OTAN, la visita de Biden fue un asunto más diplomático con un mensaje muy diferente.

La promesa de Biden de contribuir con 500 millones de dosis de la vacuna Pfizer a los países en desarrollo fue un comienzo para demostrar que Estados Unidos está comprometido y dispuesto a predicar con el ejemplo y trabajar con aliados europeos para abordar la pandemia. Sin embargo, seguramente surgirán problemas más difíciles a medida que los líderes europeos y Biden se enfrenten a qué hacer con Rusia. El delito cibernético, el tratamiento de oponentes políticos como Alexei Navalni y la agresión en Ucrania son todos problemas que emanan de Rusia y que requerirán que Estados Unidos y los líderes europeos trabajen juntos para contrarrestarlos. La visita de Biden a Putin en Ginebra será sin duda un encuentro interesante. A diferencia de Trump, Biden al comienzo de su viaje a Europa, mientras hablaba con las tropas estadounidenses, declaró: “Queremos una relación estable y predecible (con Rusia)... pero he sido claro: Estados Unidos responderá de manera sólida y significativa si el Gobierno ruso se involucra en actividades dañinas”. El comentario de Biden contraste con los elogios del ex presidente Trump sobre Putin.

Con Biden, Europa tiene la oportunidad de presionar el botón de “reinicio” en las relaciones transatlánticas y avanzar juntos en temas que importan a ambos lados del charco. El cambio climático, que es una preocupación central para Europa, encontrará un aliado en Biden. Sin embargo, ¿cómo hará Estados Unidos para enfrentar el desafío del cambio climático? Aunque Biden está a favor de muchas políticas verdes, aún no está claro si tendrá apyo en el Congreso para la legislación verde. Con un Senado dividido equitativamente y un demócrata que podría cambiar de bando porque proviene de un estado productor de carbón, el impulso por la energía renovable puede ser diluido. Aunque Biden puede hacer promesas ambientales, no está claro si tendrá una legislatura que lo respalde.

El comercio también seguirá siendo un problema difícil entre EE UU y Europa en ciertos sectores, especialmente después de la pandemia. Biden se ha comprometido a resolver los problemas de la cadena de suministro y producir más bienes técnicos esenciales en casa. Esto puede significar una mayor competencia para algunos productos europeos. Además, los desafíos comerciales que rodean a la agricultura seguirán existiendo. El tono de las relaciones transatlánticas bajo Biden puede mejorar, pero persistirán algunos problemas de tensión.

La cumbre de la OTAN se centrará en Rusia y el ascenso de China. La OTAN todavía necesita encontrar un compromiso renovado y eso solo puede suceder cuando Estados Unidos y sus aliados europeos. Sin embargo, todavía se pedirán a los europeos que paguen su parte justa, pero el mensaje será menos beligerante. Con Biden, Europa tiene la oportunidad de volver a un diálogo que no cuestiona la alianza transatlántica y un regreso a lo que ha sido la norma desde la Segunda Guerra Mundial. Las relaciones entre Estados Unidos y Europa ciertamente han tenido sus desafíos en la historia reciente, pero ninguno tan grande como Donald Trump. La presidencia de Biden es un regreso a la cortesía y el reavivamiento de una vieja amistad.