Opinión

El cuaderno de Chapu Apaolaza: Los indultos son para el verano

Se han reunido Putin y Biden en una de esas cumbres en entre Rusia y Estados Unidos en las que el presidente de los Estados Unidos es nuevo, pero el presidente ruso siempre es el mismo. Preguntado sobre si confía en Biden, Putin ha dicho literalmente que “la felicidad no existe y que solo es un espejismo en el horizonte, pero la tenemos que valorar”.

Putin habla como desde un anuncio estival de cerveza y nos anuncia que el verano ya está aquí. Carolina Darias sale a decir que hemos bajado de cien casos por cien mil habitantes y vacunarán hasta a mi caballo: autocita, monodosis y fin de las mascarillas en exteriores antes del mes de julio. Hay una línea que une Wuhan, Pekín, Milán, Madrid y un chiringuito de Matalascañas con ecos de mi barca navega sola y quiero cruzar la bahía, “Ay, mi Huelva, vacunar y vacunar”.

Vivimos una política gubernamental positiva, emocional y optimista como de popurrí de sevillanas de Los Cantores de Híspalis. Ursula Von der Leyen ha comparecido a anunciar que la Comisión ha aceptado el plan de reformas de España y que está al caer el chorro de los dineros de Europa. Sin duda es una buena noticia. Sobre esa montaña de pasta, Sánchez enseña la cornucopia o cuerno de la abundancia y dibuja un futuro idílico en el que si uno se mete en el rollo, no solo le parecerá que superaremos esta crisis, si no que creerá incluso que la hemos superado ya. Se entiende que no recuperaremos los niveles de riqueza anteriores a la pandemia hasta 2024, pero la vamos a gozar, por lo que sea.

Ah, el Gobierno, crema solar SPF 50+ y rulotte que va de aquí para allá; se duerme en un aparcamiento de la playa, caben tres tablas de surf y dos bicis. En cualquier recodo del camino se abre la mesa de diálogo, se saca unos choricillos a la sidra y -espera-, creo que me queda una botella de cava de San Sadurní D’Anoia.

Escucharemos aquel disco de James Rhodes en bucle y cada mañana nos sorprenderemos del milagro de la vida, haremos bromas con que los indultos y las bicicletas son para el verano y al bañarnos diremos “Qué rica está el agua, ¿la has probado?” Y cuando baje el sol en la playa de mi Españita postpandemia alguien dirá la frase que certifica la cumbre de cualquier estío: “Ahora sí que se está bien aquí” y toda desdicha habrá pasado a la historia. El verdadero olvido consiste en no recordar el presente.

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