El desafío independentista

«Tontos útiles e interesados»

En 2003, tras veintitrés años ininterrumpidos de hegemonía política pujolista, el PSC asumía de la mano de Maragall, la Presidencia de la Generalitat. Nacía el Gobierno tripartito entre los socialistas catalanes, los comunistas de IC y –¡como no!– ERC. Fue el conocido como «Pacto del Tinell» en referencia al histórico salón donde fue rubricado el 14 de diciembre de dicho año. En su primer artículo se afirmaba la elaboración de un nuevo Estatuto que sustituyera al de 1979, y que nadie había reclamado para Cataluña.

De aquellos polvos vinieron los lodos actuales del Procés. No acabaron ahí las desdichas de aquel infausto acuerdo tripartito, sino que formalizó nada menos que el compromiso de no alcanzar ningún acuerdo a ningún nivel de la administración, ni en Cataluña ni el resto de España, que permitiera por acción u omisión, la formación de Gobiernos del PP: un boicot político, un «cordón sanitario» en toda regla. Como vemos, es lo mismo que le hacen a Vox los mismos de entonces.

Hoy, la argamasa del nuevo Pacto del Tinell son los autoindultos que se conceden para sobrevivir al tripartito a nivel nacional, con los mismos actores, socialistas, comunista- podemitas y ERC.

Nada nuevo bajo el sol, salvo los nuevos compañeros de viaje, que cual «tontos útiles e interesados» aplauden la «magnanimidad y la concordia» de Sánchez, frente al afán «vengativo y revanchista» de quienes consideran que su única «utilidad pública» es la de la permanencia de Sánchez en el poder.