Carne cruda

Da la sensación como si Sánchez hubiera remodelado su gobierno al grito de: «¡¡vegano el último!!». Entre los dientes afilados que han triturado a muchos de sus colaboradores (hasta hace poco imprescindibles) se ven asomar hilillos de sangre. Puede que al presidente del Gobierno le gusten los chuletones al punto tal como afirma, pero queda claro que los gobiernos, en cambio, le gustan poco hechos. Tras el primer vistazo efectista, la remodelación del gobierno, más que a terremoto, sabe a decepción. Los contribuyentes, en medio de un panorama de crisis y apretado general del cinturón, esperaban una reducción del gasto, aunque fuera momentánea. Incluso se había creado una expectativa bastante intensa, alimentada por los rumores, de una más que posible reducción de carteras. Pero no ha habido tal, sino precisamente todo lo contrario. Presenciamos una huida de los nombres fuertes del último gobierno y, a cambio, un mantenimiento del exagerado número de ministros con títulos rimbombantes. Ahí siguen los cinco de Podemos, de quienes se empieza ya a hablar como si fueran los odiosos ocho de Tarantino.

La única buena noticia es que la vicepresidencia parece que será primordialmente económica o, al menos, eso quieren sugerir. Pero dado que atravesamos el reinado del argumento engañoso, no queda más remedio que desconfiar y esperar a ver si se cumple de una manera efectiva o era simple formulación cosmética. Porque todas las argumentaciones que se han dado al público han resultado ser contradictorias cuando no falaces; desde las argumentaciones dietéticas, hasta la de reducción de la larga veintena de ministros.

Un buen ejemplo de explicación engañosa que contradice la realidad visible es ese argumento de la «concordia» que se han inventado para justificar los indultos. ¿Concordia cuando ha levantado ya de entrada una ola de protestas? ¿Concordia cuando ha provocado inmediatamente división e insultos entre los que están a favor y los que están en contra? ¿Pero esta gente en qué está pensando? Será concordia con unos, pero no con otros. Es su gobierno y él sabrá lo que hace, pero esos otros van aumentando cada día que pasa. Y la concordia no podrá ser ni caníbal ni asimétrica.