Política
La amenaza de los Rasputines
Se van heridos en su orgullo y convencidos de que el jefe ha sido injusto y desleal con ellos
Cantan en la nueva Moncloa aquella copla que decía que «para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se viste de colorado». El cantar corría por Madrid cuando el duque de Lerma, el todopoderoso valido de Felipe III, tuvo que buscar asilo en el clero para protegerse de quienes le acusaban de desviar dinero de las arcas reales. El noble castellano había convencido a Felipe III de trasladar la Corte a Valladolid, donde previamente había comprado propiedades y terrenos.
La historia está llena de validos y rasputines que terminaron siendo un gran problema para sus patrocinadores, y no es casual que entre los que entran ahora con esa categoría en la corte de Pedro Sánchez se recuerde esta copla que advierte de los peligros de esa casta. En el secreto de Palacio, no está claro por cuánto tiempo, queda la intrahistoria de la abrupta despedida de Iván Redondo, jefe de Gabinete del presidente, y de José Luis Ábalos, como ministro de Fomento. Tuvieron mucho poder, accedieron a mucha información, y se van heridos en su orgullo y convencidos de que el jefe ha sido injusto y desleal con ellos. «Habrá revancha, sobre todo de quien no es del partido». Esta frase sale de la nueva Moncloa, donde se atrincheran para responder a las filtraciones que puedan desestabilizar la inestable paz del Gobierno.
Ahora que ni Redondo ni Ábalos están, por las alcantarillas del poder dejan circular el detrito que, supuestamente, justifica la decisión inesperada del presidente del Gobierno. La tensión entre tres de los que han abandonado el Gobierno era insostenible. Si Ábalos se mueve, el nuevo poder le silenciará con la ayuda del «delsy-gate». Y si lo hace el gurú, que se prepare porque también hay carpetas para devolverle cualquier filtración improcedente.
La política en España, en el circo nacional, funciona solo así. Sean Gobierno o bien oposición. En esta última también deberían andarse con cuidado ante aquel del que se burlaron y dieron por acabado. Él no perdona, y los éxitos que ya ha conseguido en su trabajo en un Gobierno son su plataforma para cobrarse las deudas pendientes de más de uno. Ése es su objetivo y tiene experiencia detrás suficiente como para estar en condiciones de pelear al más alto nivel. Es probable que los que están en deuda no sepan que se enfrentan a un maestro del ilusionismo y de los disfraces más seductores. Ésta es otra de sus ventajas.
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