¡Vamos Paralímpicos!

Desde el pasado martes y hasta el 5 de septiembre disfrutamos de los Juegos Paralímpicos. La ceremonia de inauguración, emocionante e inspiradora, dio paso a las competiciones que mejor reflejan los frutos del sacrificio, el esfuerzo y la entrega absoluta. Ricardo Ten (con quien he tenido la suerte de compartir campeonatos de España de esquí adaptado) y la nadadora canaria Michelle Alonso, fueron los abanderados en la ceremonia de inauguración en Tokio. Ella tuvo el honor de ser la primera deportista con discapacidad intelectual de la historia que llevó la bandera de España. La mejor noticia es que ha aumentado el número de participantes, incluso el número de mujeres paralímpicas casi se ha duplicado. Algo que confirma que vamos avanzando.

Muchos de ellos se iniciaron gracias a las ayudas al deporte, a la responsabilidad social corporativa de las empresas, a fundaciones como la Fundación También, que promociona el deporte desde la más tierna infancia, y hoy están en Tokio representando a España. Lo afirmo con orgullo porque a muchos competidores, los he visto crecer.

Los deportistas españoles están compitiendo en 15 de los 22 deportes del programa paralímpico. El atletismo es la modalidad con mayor representación, seguida de la natación y del baloncesto en silla de ruedas.¡Y ya ganaron medallas!

Es un honor conocer y haber compartido entrenamientos en Centros de Alto Rendimiento con reconocidos deportistas como la nadadora aragonesa Teresa Perales, premio Princesa de Asturias de los Deportes, que participa en sus sextas paralimpiadas (tiene ya 26 medallas, podría acercarse o incluso superar al récord mundial en medallas olímpicas: Michael Phelps), el nadador balear Xavi Torres, que participa en sus séptimos Juegos Paralímpicos, Sara Andrés, Desi Vila, Dani Caverzaschi... Los primeros juegos de Xavi fueron inolvidables: Barcelona 92, donde vi lo que estos deportistas, supuestamente con discapacidad (aún no sé en qué sentido) son capaces de lograr. Deseo que los paralímpicos puedan vivir de su esfuerzo, que los medios difundan la voluntad, perseverancia y superación que reflejan sus competiciones, y también, que el deporte femenino, aún en inferioridad de condiciones, tenga el apoyo y la repercusión que merece. Porque, lo vimos también con nuestras olímpicas: en España ¡hay mucho nivel!