Pablo Casado

Casado y la misa por Franco

A estas alturas, sacar a colación la figura de Franco es delirante mientras el Gobierno consigue el apoyo de los herederos de ETA encabezados por un personaje tan siniestro como Otegi

La capacidad de manipulación de la izquierda política y mediática no tiene límite, pero ya se sabe que todo le sirve en su estrategia partidista. Pablo Casado decidió ir a misa el pasado sábado, algo que a los pijo progres nacionales anticlericales les parecerá espantoso, y entró en la iglesia parroquial del Sagrario, al lado de la espléndida catedral de Granada. Un acto privado que hace con la regularidad propia de un católico practicante. Por la mañana había estado en el congreso del PP de Andalucía y acudió a las siete de la tarde a misa y un joven subió una fotografía a twitter. El tema no podría ser más irrelevante, si no fuera porque dio la casualidad de que era una misa de víspera y se aplicaba por el descanso de Franco y otros 36 fallecidos. Por supuesto no tenía la más mínima idea y como el domingo no podría acudir a misa decidió aprovechar para hacerlo con su familia a una parroquia que estaba al lado del hotel. A partir de ahí, han salido en tromba los habituales inquisidores políticos y mediáticos dando relevancia a algo que era intrascendente y sobre lo que Casado no tenía nada que ver.

Lo que es una anécdota permite reflexionar sobre el grado de manipulación que se vive en nuestro país y cómo el tema de Franco es utilizado como cortina de humo por una izquierda que está desesperada porque las encuestas auguran una victoria clara y contundente del centro derecha en las próximas generales. Unos días son los problemas del PP en Madrid, que son menores comparados con el follón que hay entre Díaz y Podemos, otros es el proyecto de ley de Memoria Democrática, un auténtico bodrio jurídico e histórico, porque de lo que se trata es de no hablar de los temas que realmente preocupan a los españoles. A estas alturas, sacar a colación la figura de Franco es delirante mientras el Gobierno consigue el apoyo de los herederos de ETA encabezados por un personaje tan siniestro como Otegi. El PSOE ha sido durante mucho tiempo un partido serio, pero parece que ahora todo vale con tal de conseguir unos votos, aunque sean asquerosos, para sacar adelante los Presupuestos.