Medio Ambiente

Eliminar el consumo de carne, objetivo de la agenda 2030

De la torpeza expositiva del ministro de Consumo solo es responsable el ministro, pero en lo que anda nuestro egregio comunista no es solo en arremeter con incompetencia suma contra la carne española, sino en seguir la pauta completa de la Agenda 2030, que sataniza el consumo de carne haciéndolo responsable de la contaminación y las emisiones de metano. Por eso sostiene Bill Gates que las naciones occidentales ricas deben dar ejemplo al mundo reduciendo el consumo de carne animal y apostando por la carne sintética, negocio en el que él mismo está metido. De manera que a partir de ahora vamos a escuchar todo tipo de ataques contra las granjas, las barbaridades que algunos hacen en ellas, y el consumo exagerado de carne roja que se produce hoy en el mundo. Cierto que comemos más carne de la necesaria y que el exceso induce a problemas de colesterol y cardiovasculares. Pero la solución no está en pasarnos a comer carne artificial, que sabe Dios de que está hecha, aparte de que contaminan igual los productos químicos que lleva dentro y la tecnología de biorreactores in vitro que utiliza.

La solución no es criticar torpemente a la carne española, y mucho menos hacerlo fuera de España. Nuestro deber es apostar por reducir el consumo de carne en general, por motivos de salud, pero de ninguna manera prohibirla, y mucho menos sustituirla por no se sabe qué cosa inventada, de cultivo sintético y falsa.

La solución está en que nuestras vacas y cerdos se alimenten con pastos y comida natural de verdad, no con piensos hormonados de engorde rápido e insano. Si la Agenda globalista 2030 apuntara en ese dirección, seguro que todos nos uniríamos a ella. Pero como va en el sentido billgatiano de la carne artificial, ya es más que sospechoso. Eso sí, nuestro Papa montonero seguro que se suma a la teoría de Garzón con entusiasmo. Al fin y al cabo, todo queda entre comunistas.