Deshojar la Margarita (Robles)

Traigo las notas del 27 de abril, primavera en lluvias florecida. Está la cuneta de la M40 que parecen las veredas de los caminos de la Sierra Morena. Se persiguen los gorriones como niños emplumados, las jilgueras corren a hacer sus nidos en los cipreses y los amores se desordenan. Hasta los socios de Sánchez deshojan la margarita del paquete de medidas del Gobierno por la guerra y también deshojan la Margarita Robles, ministra de Defensa y heroína de España.

Además de Pegasus, se quejan de que hay otro programa de escuchas que se llama Candirú, el nombre de un pez del Amazonas. En 1930, el científico Eugene Gudger publicaba en el American Journal of Surgery que el Candirú se introduce en la uretra de los bañistas varones por el único acceso que la naturaleza le ofrece y que se quedaba dentro, agarrado con unos ganchos.

Gabriel Rufián teme que le agarre el Candirú. Le ha dicho a Sanchez que lo las escuchas le desagrada si las ordenó él, pero si no las ordenó, resulta aún peor, pues significaría que “las cloacas del Estado” están “llenas de ratas”. En el esquema de país que quiere Esquerra, los servicios están al servicio del Gobierno que ordena que se espíe a fulano y a mengano.

Esto tiene miga. El presidente del Gobierno de una nación puede tener unos intereses legítimos y esa nación tener intereses distintos. El fondo de la cuestión que emerge gracias a la polémica de las escuchas es si consideramos a los enemigos de Sánchez como los enemigos de España, y si son amigos de España los amigos de Sanchez. Hoy -y sobre todo mañana- se verá que no.

En la Sesión de Control a Margarita Robles se ha preguntado la ministra de defensa qué tiene que hacer un Estado, cuando alguien vulnera la Constitución, cuando alguien declara la independencia. Si lo piensas bien, más extraño que espiar a los líderes de partidos golpistas es hacer descansar el Gobierno de España en esos partidos golpistas.