Real Madrid

Canela fina | El Madrid de Florentino

«Muchos medios de comunicación llamarán al antiguo Bernabéu, Estadio Florentino»

Es el Madrid de Modrić Es el Madrid de Benzema. Es el Madrid de Vinícius. Pero, sobre todo, es el Madrid de Florentino. Los aficionados tienen conciencia clara de la calidad de quien preside el mejor club de la historia del fútbol mundial.

En su primera gestión al frente del Real Madrid, Florentino Pérez demostró su capacidad empresarial, sacó al club de la bancarrota y lo instaló en la prosperidad. Potenció además sus éxitos deportivos. Decidió retirarse y todos clamamos para que volviera porque uno de sus sucesores, un pobre hombre aspaventero, con la inteligencia deformada por la vanidad, devastó al club a través de incontables trapisonderías. El gran empresario regresó y en solo unos meses limpió la podredumbre acumulada en los albañales madridistas. Y lo hizo sin venganzas, con el espíritu liberal que siempre le distinguió. En una demostración de señorío, ni siquiera habló mal de aquel presidente que emponzoñó al Madrid a través de arteras maniobras.

El éxito, tanto en lo deportivo como en la gestión empresarial, ha acompañado a Florentino Pérez hasta el punto de que la mayoría de los aficionados afirman que ha superado a Santiago Bernabéu y le consideran como el mejor presidente de la historia del club. Con la Liga de este año acumula 50 títulos y el equipo está ya en la final de la Champions, tras vencer al PSG, al Chelsea y al Manchester.

Le quedan pocos meses a Florentino para concluir la gigantesca obra del nuevo estadio que se convertirá en el mejor del mundo. Del antiguo Bernabéu queda muy poco. Me consta que Florentino desea que se siga llamando como ahora y ha rechazado las instancias de cualificados aficionados favorables al cambio de nombre. Me parece claro que muchos medios de comunicación lo llamarán el Estadio Florentino.

Y todo esto lo digo yo, que soy como Dios manda del Athletic de Bilbao, el único equipo de relieve en el que juegan once españoles, el club que nunca ha descendido a Segunda División, que, mientras el dinero no se había convertido en el jugador estrella, acumuló los mejores resultados y que vertebró el fútbol español con la delantera de fuego: Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza. Cuando el Athletic jugaba en Chamartín el público prorrumpía en un «Zarra, Zarra, Zarra» como homenaje a la caballerosidad en el deporte.

Luis María Anson, de la Real Academia Española