Machismo en menores

Algo estamos haciendo muy mal si, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la violencia de género en menores ha aumentado significativamente en el último año. Es triste reconocer el fracaso en la crianza y educación de nuestros hijos. Es triste que después de tanta lucha por hacer desaparecer esta terrible lacra, los adolescentes continúen con los patrones más nefastos de algunos hombres hacia las mujeres. Es triste que ellos, y a veces ellas, no sepan reconocer lo que es la violencia machista.

La directora, Pilar Rodríguez, está llevando a cabo una magnifica campaña en institutos en los que representan una obra breve con dos jóvenes como protagonistas. Entre ambos existe una relación toxica que esa noche llega a ser violentísima por parte de él. La obra es magnífica porque refleja en veinte minutos una historia de amor, supuestamente romántica, que sigue el esquema de un desenlace fatal. La autora, Cristina Hernández, ha conseguido plasmar cómo funciona la mente de un joven sociópata que cree sentir un tremendo amor por su chica y que, en realidad, es solo una necesidad patológica de control y destrucción. El chico es aparentemente cariñoso y todo lo hace por ella, hasta prohibirla que al día siguiente viaje con una beca de formación a un país extranjero. Desconfía de todo: de sus amigas, de sus mensajes, de su lealtad a prueba de bomba.

Él la quiere solo para él. Él se muere si ella se va. Él es capaz de todo por el bien de ella, hasta de asfixiarla para hacerla entender que se equivoca. Él llora desconsoladamente cuando parece que ella no respira. Él se vuelve loco de arrepentimiento. Él hace lo que tantos sociópatas hacen contra sus parejas cuando sienten que van a dejar de controlarlas. Y es impresionante la reacción de los adolescentes a la representación. En el debate posterior algunos expresan experimentar gran empatía con el protagonista y no entienden la reacción de ella. ¿Cómo es posible? ¿Qué estamos haciendo mal?