Vida cotidiana
Goethe
Las mejores parejas eran aquellas en que ambos se constituían en los guardianes de la soledad personal e íntima del otro
Cada equis tiempo sale Goethe a pasear por esta columna. No sé cómo lo consigue. Quizá es porque algunas de sus frases son tan certeras que, ya para siempre, resultarán inspiradoras a lo largo de los siglos. En general, sus reflexiones suelen volver a la actualidad con frecuencia cuando aparecen polémicas al respecto del equilibrio entre el orden y la injusticia. Se recuerda entonces el incidente de Maguncia -que Goethe presenció y recogió en sus páginas- y las reflexiones que el caso le produjo. Pero Goethe no es solo ese tópico.
Ahora mismo, tenemos algunos datos nuevos sobre la sociedad española a los que se les podría aplicar con mucha pertinencia algunas de las reflexiones del alemán.
Resulta que por fin se ha hecho un estudio amplio y profundo sobre las costumbres de emparejamiento de los españoles en la actualidad. Son un tipo de estudios que se hacen ya desde siete décadas en países de nuestro entorno, pero que no eran muy habituales aquí en España. El nuevo estudio revela que, desde el final del franquismo, hemos pasado de un único estándar de pareja socialmente aceptado (y difundido también desde el poder público) a un catálogo de veinte tipos diferentes de relación de pareja con todas las variables posibles que eso comporta. También ha cambiado mucho la manera de entender el estatus de aquellos que renuncian a emparejarse como único y obligatorio proyecto de vida. Lo que resultaba rancio y misantrópico es ahora actual; transmite independencia, individualidad y confianza en las propias fuerzas. Parece que las costumbres de los españoles, incluso dentro de la propia pareja, van en ese sentido.
Uno, entonces, recuerda inevitablemente a Goethe cuando dejó escrito que probablemente las mejores parejas eran aquellas en que ambos se constituían en los guardianes de la soledad personal e íntima del otro. No se me ocurre diagnóstico más resumido y certero sobre las problemáticas de la soledad y la convivencia. Insuperable Goethe.
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