Unión Europea

La economía es algo muy serio

«Parece que basta con adorar a Keynes y seguir anclados en la economía intervencionista»

Estos días asistimos, una vez más, a la constatación de la fragilidad de las economías de la UE. La crisis provocada por la Guerra de Ucrania ha hecho que saltaran por los aires las optimistas previsiones gubernamentales elaboradas cuando remitió la pandemia. Hay economistas, especialmente los políticos, que se sienten como auténticos chamanes que parece que tiran las runas para elaborar sus conclusiones. Es verdad que es un ejercicio muy cómodo, porque siempre tienen excusas para justificar su impericia o sus errores. Cuando era joven, al referirnos a economistas, juristas, historiadores…no bastaba con que fueran licenciados o incluso doctores, sino que se esperaba una obra académica y una experiencia que avalara su solvencia. Ni siquiera una oposición era condición suficiente. Este esquema más serio y riguroso ha saltado por los aires hace mucho tiempo. Por eso, nos encontramos con «expertos» que solo lo son en función de su cargo público y que ignoran, lo cual es muy grave, la economía real. Es lo que sucede con algunos de los integrantes del llamado equipo económico del Gobierno.

El menosprecio a las necesidades de las empresas y las entidades financieras, que son las que generan la riqueza de un país, con una concepción intervencionista desaforada, muy propia de conceptos caducos, conduce a que se afronte la crisis con un notable desacierto. A esto se añade el uso y abuso de la improvisación, así como de las bravuconadas cuando tenemos problemas estructurales muy graves. Es lo que ha sucedido con el tema energético, donde se afirma con gran arrogancia que hemos hecho los deberes, por cierto, gracias a los fondos que recibimos de la UE desde hace décadas, mientras estamos temblando con la subida de tipos del BCE y a punto de entrar en pánico por la prima de riesgo. Me pregunto qué sucedería si los que nos tienen que ayudar adoptaran esa misma actitud chulesca. La economía es algo muy serio, pero parece que basta con «adorar» a Keynes y seguir anclados en esos marchitos manuales de la economía intervencionista que están influidos por el marxismo o la socialdemocracia. Esto explica el fracaso de las medidas estrella y que no se emprendan políticas de contención del gasto público e incentivación económica. No saben cómo hacerlo.