Psicología
Retiro
A veces la vida nos para, pero otras, somos nosotros los que tenemos que parar y encauzar rumbo
Siempre relacioné el término retiro con personas sin rumbo o atravesando un gran desierto emocional, incluso con problemas más graves como las adicciones, pero he tenido la suerte de asistir a uno muy especial, en un precioso lugar en el corazón del País Vasco (Amorebieta) llamado La Casa de Marina y he comprobado cambios muy especiales tanto en sus asistentes como en mí misma. Siempre hay algo que sanar y nunca dejamos de crecer interior y espiritualmente.
Convivir con quienes quieren tomar las riendas de su vida, conectar con su esencia, mejorar su diálogo interno, ser más compasivos consigo mismos, volver a brillar… en uno de esos retiros necesarios y transformadores, ha sido una experiencia maravillosa. Porque la magia también está en el grupo, en compartir lo que sentimos, en crear comunidad. Necesitamos relacionarnos, sobre todo después de una larga pandemia.
A veces la vida nos para, pero otras, somos nosotros los que tenemos que parar y encauzar rumbo. Y no hay mejor forma de hacerlo que en plena naturaleza, con una alimentación consciente y sana, con ejercicios tempraneros para despertar al cuerpo, caminatas bosque adentro, edificantes y sanadoras palabras de David Serrato, las manos de Joseba, y algo que aún desconocía: constelaciones familiares y otras dinámicas de Marina. Cuando ocupamos nuestro lugar sanamos relaciones familiares: «Cuando hay mucho dolor, hay mucho amor pero mal colocado», dice Marina. Lo mágico es que cuando uno cambia, todo cambia. Es necesario asumir que merecemos perdonarnos, aceptarnos y sentirnos libres. Lo mejor que podemos ofrecer es amor por la vida.
Poner el foco en el bienestar emocional y la salud mental es esencial y ¡ojo!, no es incompatible con la asistencia psicológica o incluso psiquiátrica si es preciso. De hecho muchos psicólogos advierten el gran avance que supone este tiempo compartido, lo ven incluso como un antes y un después en la evolución de su paciente. Sin duda, toca cuidarse. Y todo suma.
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