Isabel Díaz Ayuso

Egoísta, casposa y negacionista

«Ayuso no es egoísta, casposa o negacionista, sino una política brillante, honrada y eficaz que defiende con firmeza los intereses de los madrileños y, por tanto, de los españoles»

Es cierto que los socialistas están desesperados, pero deberían guardar las formas. Se podrá estar o no de acuerdo con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, pero es impresentable que la delegada del Gobierno, Mercedes González, la llame «egoísta, casposa y negacionista». Tras las sucesivas derrotas electorales, los dirigentes del PSOE han decidido perseverar en sus errores. Lo hemos visto en Madrid, Andalucía y Castilla y León. Las medidas del plan de ahorro energético son tan malas como lo fueron las impuestas por la pandemia y que, afortunadamente, Ayuso las ignoró con gran éxito. Por ello, obtuvo una contundente victoria en las urnas mientras que el partido de González quedó relegado a la tercera posición. El problema es que todo siguió igual. El cabeza de lista vio recompensado su fracaso con el nombramiento como defensor del Pueblo, uno de los mayores chollos de la política española, y Sánchez se limitó a hacer un cambio de gobierno. No le sirvió de nada, porque las urnas le dieron la espalda en Castilla y León. Tras ello, el desastre definitivo, inapelable, llegó en las andaluzas.

Ayuso acierta con su postura de no apagar las luces de los edificios oficiales y comercios a las diez de la noche. El PP se equivocará si hace seguidismo con el PSOE y no se suma, con firmeza y decisión, a la línea adoptada por Ayuso. Los españoles no tenemos que aceptar el pensamiento único, la arbitrariedad y las limitaciones de derechos. No tienen ninguna justificación y son el resultado de un capricho gubernamental. Es una operación de cara a la galería con nuestros socios europeos. Feijóo tiene que pensar qué es lo que quiere la mayoría de los españoles, es decir, los votantes del centro derecha. Es evidente que están en contra del Gobierno socialista comunista. No quieren que la oscuridad y la inseguridad se instale en las calles de las ciudades. Ayuso no es egoísta, casposa o negacionista, sino una política brillante, honrada y eficaz que defiende con firmeza los intereses de los madrileños y, por tanto, de los españoles. El real decreto-ley es un auténtico despropósito. Una nueva improvisación que solo servirá para crear miedo y empobrecernos. No podemos aceptar este nuevo trágala. Por ello, insultar a la presidenta madrileña no hace más que darle votos.