Valencia

La bocazas de Mireia Mollà

«La realidad es que no es más que una política trumpista de cortos vuelos a la que pierde el partidismo»

Mireia Mollà está al frente de una consejería del gobierno valenciano que tiene el pomposo nombre de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. Esto hace suponer que será una persona con una gran formación académica y trayectoria profesional, así como una gestora pública modélica. Es lo que cabría esperar tras tener un ataque de soberbia y descalificar a su homólogo de Castilla y León por los incendios diciendo que «la culpa es de los consejeros que no están a la altura de las circunstancias». Fue una indignidad que retrata a una política cuya única formación es «estudios» en la diplomatura de Estadística por la Universidad Miguel Hernández. Esto es igual a nada. Este término es un concepto difuso que enmascara a quien no ha sido capaz de culminar un proceso académico reglado. Y no cuenta, además, con formación sobre la materia que dirige. Su experiencia profesional es igualmente difusa, porque estuvo en el servicio de contabilidad y control presupuestario de la universidad donde estudiaba. Es algo raro, porque no es ni funcionaria ni interina del PAS. Cuenta con «experiencia laboral», sin especificar, en una empresa editorial, otra de mensajería y, finalmente, de calzado.

Nada conduce a que podamos considerarla experta en «Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica». La brillante Mireia Mollà, capaz de dar lecciones, se encuentra ahora con que la comunidad valenciana sufre unos devastadores incendios. ¿Cabe suponer que no ha estado a la altura de las circunstancias? La realidad es que no es más que una política trumpista de cortos vuelos a la que le pierde el partidismo. Una bocazas populista muy imprudente, porque siempre es una injusticia descalificar a un político en un tema como los incendios. Es verdad que la ignorancia no es un eximente, pero cabe esperar que aprenda de sus errores. No es bueno regodearse en la ignorancia. El gobierno valenciano no es el culpable de los incendios y ha puesto los medios que en su momento consideró suficientes. Lo mismo que el de Castilla y León. Juan Carlos Suárez-Quiñones, el consejero al que descalificó, es un brillante jurista que lleva en el cargo desde hace siete años. Es magistrado por oposición y ha sido delegado del Gobierno. La diferencia entre sus trayectorias profesionales y académicas es abrumadora.