Medidas económicas

El Gobierno como enemigo

Estamos inermes los ciudadanos frente a una gobernanza de imposiciones y sanciones que pretende controlar nuestras vidas

Claro que como el Gobierno está en teoría para solventar problemas, difícil es reconocer que en realidad se dedica a perseguir a los ciudadanos, esquilmándolos a base de impuestos y sanciones. Este y otros gobiernos. Por ejemplo, el de Almeida. Llegó diciendo que iba a derogar Madrid Central, pero lo ha acrecentado. A un amigo le clavan 200 euros por aparcar en un estacionamiento concertado. El parking no notificó su matrícula, él no guardó el ticket y ahora tiene que demostrar que no circuló sino que sólo estacionó, como está permitido. Puede recurrir, pero pierde el descuento y el procedimiento es ruinoso.

O cuando Marlaska impone multas de hasta 200 euros por manipular una botella de agua mientras conduces. No bebías, pero da igual, tu opinión vale cero. Sólo cuenta la versión de la autoridad competente. Si recurres pierdes el 50 por ciento, con lo que mejor pagas.

Y por supuesto Hacienda. No yerres una coma porque Montero se lleva hasta el último céntimo de tu sueldo. Hacienda nunca pierde. Hacienda no se equivoca. Te equivocas tú. Y si vas a juicio, te cobran intereses por cada día de pleito, aunque el retraso sea por culpa de Hacienda. Apenas nos queda el derecho al pataleo.

De modo que el Gobierno se convierte en tu enemigo. El ojo que todo lo ve. La mano que llega a todas partes. Te limita el dinero que puedes sacar del cajero. Controla tus ahorros. Espía tus movimientos. Te encierra en casa, obligándote a llevar mascarilla y a mostrar un código QR. Te dice la temperatura a la que debes trabajar y dentro de nada lo que podrás comer. Carne de verdad no, sintética e insectos los que quieras.

Eso sí, siempre es por tu bien. Aumentan el número de Ministerios y asesores por tu bien. Pretenden eliminar las granjas y la agricultura tradicional por tu bien. Podrían deflactar el IRPF para devolver a la gente el 10,8 de pérdida de salario por la inflación. Podrían disminuir el 21 por ciento de IVA con el que gravan las placas solares para incentivarlas. Pero no. Por tu bien te cobramos más para dárselo a los que menos tienen. Sólo que ese «más» no da para vivir. Da igual, sacan pecho por el salario social, el mínimo vital y el bono cultural con los que compran votos, lo único que interesa. Chaves tenía la teoría de que no conviene que la gente prospere, pues se derechiza. Hay que mantenerla en la pobreza y darle una paguita, convirtiéndola en estómago agradecido. Decía Stalin que puedes arrancar todas las plumas de una gallina, una a una, que si luego te acercas a ella con algo de comida en la mano, se olvidará del daño causado y serás su dueño de por vida.

De manera que, una vez que votas, se comportan como dictadorcillos democráticos que gobiernan por decreto, extienden sanciones abusivas, instauran la censura bolaña e imponen la tiranía del miedo borrego con la que pisotean derechos fundamentales y contratan a dedo al amparo de una excepcionalidad climático-pandémica por ellos mismos engordada.

Estamos inermes los ciudadanos frente a esta gobernanza de imposiciones que pretende controlar nuestras vidas. Los que mandan no solventan problemas. Los crean. Y la culpa es siempre tuya. Ellos se indultan a sí mismos.