Pedro Sánchez

Nuestro dinero en sus manos

Si el presidente considera que hay que subir la presión impositiva, ¿por qué no los sube con valentía, en lugar de anunciar medidas melifluas como las de la semana pasada?

La política española ha entrado en una interesante fase de batalla ideológica sin concesiones: liberalismo vs. socialismo. El punto de partida de ese choque de pensamientos es la hacienda pública. Grosso modo, la izquierda considera que el dinero de la gente está mejor en manos del gobierno, porque eso permite realizar políticas redistributivas para una sociedad más igualitaria. Por el contrario, los liberales defienden la tesis de que el gobierno tiende a malgastar y, por tanto, el dinero genera más riqueza si está en manos del ciudadano.

Hubo un tiempo en que los partidos extremistas, a izquierda y derecha, eran residuales, y en los países democráticos de Europa se sucedían en el poder fuerzas políticas de centroderecha y de centroizquierda. La teoría era que cuando gobernaba el centroderecha, sus políticas de impuestos bajos dinamizaban la economía y favorecían el crecimiento, pero también amplificaban las desigualdades. Y cuando se producía la alternancia en el poder, el centroizquierda subía impuestos para redistribuir esa riqueza.

Ahora, cuando las posiciones extremistas juegan un papel determinante, la controversia fiscal se ha intensificado, hasta el punto de escuchar al presidente del Gobierno lanzarse al festín hiperideologizado de sus socios de coalición para atacar a quienes creen que «el dinero está mejor en manos de los ciudadanos». Su criterio es defendible, siempre que el ciudadano confíe en las manos de quien le quita su dinero. Y esa es la parte débil de la propuesta de Pedro Sánchez, porque no todas las manos de su gobierno son igualmente fiables para gestionar nuestros impuestos.

Pero si el presidente considera que hay que subir la presión impositiva porque, según dice, España es «el sexto país de la Unión Europea con menos ingresos fiscales y el undécimo con menos gasto público», ¿por qué no los sube con valentía, en lugar de anunciar medidas melifluas como las de la semana pasada? Porque aumentando la presión fiscal solo a los más ricos –que son muy pocos– no se recauda lo suficiente para todo el gasto público que Sánchez propone. Eso solo se consigue subiendo impuestos a la clase media. ¿Por qué no lo hace?