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Caos en Francia

Llenar el depósito se ha transformado en una auténtica pesadilla

El país vecino es el miembro de la UE con mayor conflictividad social, debido en gran medida a su mastodóntico sector público. La crisis de los chalecos amarillos fue violenta y prolongada, un pulso contra Macron como consecuencia de la subida del precio de los combustibles y la pérdida de poder adquisitivo de los franceses. Durante la pandemia, las mayores manifestaciones de Europa contra los confinamientos se sucedieron en las principales capitales de la vecina nación, igual que después contra el pasaporte Covid y la vacunación semi-obligatoria. En los últimos meses se venían produciendo ya movilizaciones hostiles hacia la política del presidente francés y de la UE por la decisión de cortar con el abastecimiento de gas ruso. A todo lo anterior se suma ahora el caos que se vive estos días en las gasolineras como consecuencia de la huelga de los trabajadores de las siete refinerías con que cuenta Francia. Los huelguistas piden subidas por encima del diez por ciento en los salarios. Más del 50 por ciento de los puestos de combustible tienen problemas de abastecimiento. Llenar el depósito se ha transformado en una auténtica pesadilla, pues las colas son interminables y en ocasiones no sirve de nada permanecer en ellas, ya que cuando llega el turno la gasolina o el diésel se han agotado.

Lo de Francia es un problema puntual de este país, pero nos da una idea de la que se puede organizar caso de sufrir Europa una crisis en el suministro de combustible. La OPEP ha decidido reducir drásticamente su producción de petróleo. Las subidas del precio del diésel y las gasolinas están garantizadas.