Luis María Anson

Canela fina | La energía renovable

«La Universidad Politécnica de Madrid trabaja en un proyecto para almacenar la energía solar»

Ni gases de efecto invernadero ni emisiones contaminantes. Las energías renovables están conquistando el mundo. Su crecida se ha hecho imparable. La eólica se tropieza con las agrupaciones que defienden el paisaje. Los actuales artefactos carecen de la belleza que tuvieron los molinos de viento, alanceados por el caballero de la triste figura.

Las placas solares se instalan en las azoteas de los edificios o sobre terrenos llanos sin ofender las miradas exigentes. António Guterres, secretario general de la ONU, ha apostado por la energía limpia e inagotable que combate el cambio climático y que independiza a las naciones, la mayoría de ellas sometidas hoy al gas y al petróleo. Shi Ling, sabio catedrático de la Universidad de Hong Kong de Ciencia y Tecnología, apoya la posición de Guterres. Y también de forma vehemente la científica alemana Verena Muhaupd y la americana Sarah Fawcett.

António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, ha afirmado que en el año 2040 las energías renovables podrían, si se mantiene una certera política globalizada, extenderse a todo el mundo. Y apuesta por las placas solares sobre la solución eólica, coincidiendo con la AIE (Agencia Internacional de Energía). En la Cumbre Mundial del Clima, se firmó el año 2015 el Acuerdo de París. Las 200 naciones que lo suscribieron se enfrentaron así con el cambio climático apostando por las energías renovables: la solar, la fotovoltaica y la térmica centran la preferencia internacional.

Hay, sin embargo, un escollo. Las placas no garantizan la energía al apagarse la luz del sol. Esa dependencia fortalece a la energía eólica que, sin embargo, tiene otras limitaciones. Carlos del Castillo, en un informe revelador, se refiere al proyecto español para almacenar la energía renovable, proyecto que podría ganar el premio internacional de innovación en la UE. Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid ha conseguido un tipo de batería termofotovoltaica que permitirá almacenar energía suficiente durante el día para atender todas las necesidades nocturnas. Han calificado a la operación «el sol en la caja». El viejo dios de los egipcios y los mayas quedaría apresado en una batería que permitiría mantener la energía renovable de forma permanente. El petróleo y el gas están a punto de pasar a la historia como en su día lo hicieron la leña y las velas.