Política
Moncloa se pilla las manos con los fondos europeos
En Valencia, los socialistas, al frente de la Generalitat, han entrado en pánico después de que el grupo Volkswagen-Seat haya echado cuentas y haya advertido de que lo prometido no se cumple
Al presidente Pedro Sánchez le ha saltado un problema en el que se juega el poder en la Comunidad Valenciana y sus expectativas de mantenerse en Moncloa. Sabe, mejor que nadie, que no puede permitirse que fracase el mega proyecto de electrificación y construcción de una planta de baterías en Sagunto si quiere mantener viva la batalla electoral. Pero la chapuza de la administración por parte de Moncloa de los fondos europeos deja colgando de un hilo el único gran proyecto industrial que el Gobierno de coalición todavía puede sacar adelante antes de las elecciones.
En Valencia, los socialistas, al frente de la Generalitat, han entrado en pánico después de que el grupo Volkswagen-Seat haya echado cuentas y haya advertido de que lo prometido no se cumple y de que la oferta no satisface las expectativas. Aquí no hay más responsabilidad que la del Gobierno, sordo ante las ofertas de ayuda desde el ámbito privado, ante los consejos técnicos que ha recibido, y ante la petición de comunidades y de oposición de que consensuara el sistema de reparto y tratara los fondos europeos como un tema de Estado, y no como una oportunidad de colgarse medallas.
En la primera convocatoria no puede dar lo prometido porque el sistema diseñado no lo permite y no ha sido validado por la Intervención General del Estado. En política vale todo, y puedes fingir que el fracaso del Midcat ha sido un éxito con su reconversión en un proyecto fantasma, que, de salir, beneficiará de nuevo más a Francia. Pero la política del Gobierno con los fondos choca con las reglas y con los funcionarios, que saben que saltarse los procedimientos te puede acabar llevando a la cárcel.
Para tapar la chapuza el Gobierno ha anunciado otro Perte, para 2023 y ayudas al margen de los fondos europeos, y ha puesto en marcha el ventilador para distraer la atención de una responsabilidad que es únicamente suya. Pero más vale que sean capaces de arreglar el problema, porque aquí no hay oposición ni técnicos intermediadores que puedan cubrirle las vergüenzas a Moncloa.
Tampoco es cierto, no obstante, que haya empezado el cruce de cuchillos dentro de la fontanería monclovita. Todos los peones siguen hoy contando con la confianza del presidente, y si hay que depurar responsabilidades, que se preparen en Industria para ponerse a salvo. Hay una expectativa de 3.000 empleos en juego, después de que el presidente se personase en primavera sobre el terreno para hacerse la primera foto bajo ese titular con tan buena venta.
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